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Política

¿Otra forma de hacer política?

Cabildo Abierto: de promoverse como partido distinto a piedra en el zapato de la coalición

Analistas y politólogos evalúan la breve historia de un partido de génesis militar que nunca dejó de hacer ruido. Y de molestar.

21.05.2023 14:55

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2023-05-21T14:55:00-03:00
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Por César Bianchi

Que son de derecha, que son extrema derecha, que tienen afinidad con los votantes del Movimiento de Participación Popular (MPP) y robaron votos en la periferia de Montevideo y en la periferia del país. Que son un partido militar o, por lo menos, militarista. Que encarnan el discurso del pachequismo de preocuparse por los más frágiles. Que molestan, que son la piedra en el zapato del gobierno, que son díscolos. Que son distintos a todos los demás, que recientemente demostraron que no son tan distintos y cayeron en prácticas clientelísticas tan viejas como la política uruguaya misma.

Se empezó a escuchar de un tal Movimiento Social Artiguista a fines de 2018, pero lo de “artiguista” fue impugnado por la Corte Electoral y la fuerza política tomó forma con el nombre formal de Cabildo Abierto, cuando en 2019 el ex comandante en jefe del Ejército fue cesado por el entonces presidente Tabaré Vázquez. En aquel momento, Guido Manini Ríos volvió al comando, se puso uniforme de combate y grabó un incendiario discurso que subió a YouTube, cuando ya no estaba en funciones.

Poco tiempo después, el escribano Guillermo Domenech presentó a Manini Ríos como el líder del novel partido. Y no mucho después se viralizó una frase que parecía una declaración de intenciones: “Se terminó el recreo”.

Después, lo sabido: tuvieron 50.000 sorprendentes votos en una elección interna cuando el candidato no tenía competencia. Luego cosecharon 269.000 votos en octubre de 2019, y se erigieron en socio clave de la coalición multicolor, como la llamó en sus inicios el presidente Luis Lacalle Pou. Encontronazos varios y negociaciones difíciles con la cúpula presidencial, tuvieron un episodio que estuvo a punto de ser ruptura de la coalición gobernante a principios de mayo, cuando se supo que la entonces ministra de Vivienda, Irene Moreira, había entregado una finca de forma discrecional bajo adjudicación directa a una militante cabildante y empleada de La Mañana, el semanario afín a Cabildo Abierto.

Poco después se supo que eran cinco las personas que se beneficiaron por cupos reservados por la ministra, y que una de ellas había sido empleada doméstica de la artiguense Moreira.

Una renuncia en suspenso durante un fin de semana terminó con la aceptación de Moreira y el alejamiento —no de buena gana— de la cartera. Su esposo y líder del partido, Manini Ríos, leyó una declaración con fuertes críticas al presidente, pero Cabildo decidió quedarse en la coalición. La postura oficial tuvo disidentes a la interna y más de uno renunció al partido. Hoy todo parece incertidumbre, de cara al futuro inmediato.

Los orígenes militares

Manini Ríos como comandante del Ejército, junto al presidente Tabaré Vázquez. Foto de archivo

Manini Ríos como comandante del Ejército, junto al presidente Tabaré Vázquez. Foto de archivo

El politólogo Felipe Monestier dice que Cabildo Abierto (CA) irrumpió como una “novedad fuerte” en un sistema de partidos estable, incluso con más sorpresa que el Frente Amplio en 1971, porque en este caso la mayoría de los demás dirigentes no contaban con experiencia partidaria previa.

“Suele ocurrir cuando aparece un partido nuevo que se empiece a hablar automáticamente de éxito. Entonces, queríamos problematizar eso. La votación que tuvo le aseguró tener un papel determinante en la coalición de gobierno”, dijo. Monestier habla en plural porque escribió, junto a sus colegas Fernando Rosenblatt y Lihuen Nocetto, un artículo sobre CA para el libro De la estabilidad al equilibrio inestable. Elecciones y comportamiento electoral en Uruguay (2021), editado por el departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República.

“¿Cuántos partidos nuevos se han creado en Latinoamérica en las últimas dos décadas? Cientos. Pero que se hayan convertido en partidos relevantes y estables, que perduren en el tiempo, no llegan a una decena en todo el continente”, dijo. Todavía, según Monestier, no se puede afirmar que el de Cabildo sea un caso de partido exitoso. La literatura en ciencia política dice que, para que eso pase, debe superar un umbral de 5% durante un buen tiempo o incidir en la agenda, al menos, por cinco elecciones. O poder sobrevivir a un líder caído, por ejemplo.

“¿Cabildo Abierto está haciendo algunas de las cosas que se requieren para convertirse en un partido exitoso? Ahí damos una respuesta afirmativa. Cabildo está haciendo algunas cosas para ser exitoso. ¿Le va a alcanzar para convertirse en un partido estable y relevante en el tiempo? No lo sabemos”, señaló.

Pero, por lo pronto, está haciendo los deberes. Esto es: “coordinación horizontal”, es decir, encolumnar dirigentes detrás de objetivos comunes. Tras las peleas por cargos en el Estado, hay cierta disciplina a la hora de votar. Otro ítem es lo que Monestier llama “agregación vertical de intereses”: canalizar intereses de su electorado.

“Y acá parece claro que Cabildo tiene un cerno electoral muy fuerte, que es la corporación militar. Esto no quiere decir que sea exclusivamente un partido militar. Pero es innegable el peso de los militares en la construcción de las listas, en los órganos de dirección y también en la agenda”, sostuvo.

El historiador y politólogo Gerardo Caetano también ha estudiado a Cabildo Abierto, junto a su colega Magdalena Broquetas, para un tercer tomo de una larga investigación latinoamericana sobre “las derechas” en el continente.

—¿Por qué dice que CA es derecha?

—Derecha e izquierda forman parte de una categorización dialéctica. Es una correlación que tiene sentido en tanto está el otro. Hoy en el mundo los estudiosos dicen que la relación izquierda-derecha tiene que combinarse con otra relación: globalización-antiglobalización. El español José Antonio Sanahuja habla de cuatro categorías. Una de ellas es la categoría de neopatriotas; partidos que se definen como antiglobalización.

Caetano señala algunos rasgos que ubican a CA en la derecha de hoy: visiones tradicionalistas, cuestionamiento a una agenda de derechos (“ellos hablan de ideología de género, no de derechos de nueva agenda”), una postura antifeminista, antisindical y una reivindicación de visiones nacionalistas por sobre las internacionalistas, sumado a identificaciones religiosas marcadas, y cierta crítica disimulada a la laicidad.

“En el caso uruguayo, las derechas tienen también su ubicación en relación a una interpretación del pasado reciente, una clara identificación con el rol del Ejército y de los militares”, afirmó.

Broquetas y Caetano estudiaron los inicios de la colectividad política y allí surgió “de forma prístina” su trayectoria. “Había grupos y redes militares que cuando comenzaron los juicios, los procesos judiciales contra los responsables del terrorismo de Estado, a partir de 2005, comenzaron a activarse. Estaba el Foro Libertad y Concordia, y articulaciones con otras organizaciones internacionales de ultraderecha. Si hacés un seguimiento de ciertas figuras que llegaron a Cabildo, ¿qué encontrás? Que muchas de ellas formaban parte de redes militares vinculadas con elementos asociados a la represión”, dijo Caetano.

En tal sentido, el politólogo cree que el proyecto de ley de prisión domiciliaria a mayores de 65 años tiene “nombre y apellido”: es para beneficiar a los presos en Domingo Arena.

Eduardo Lust, diputado ex cabildante, lo dice sin vueltas: “Cuando se conoció ese proyecto, un periodista me preguntó si estaba pensado para los presos en Domingo Arena, y yo dije que sí, que no tenía otro objeto. Que, de repente, algún hombre de 70 años preso en Minas de Corrales por robar una oveja podía beneficiarse. Pero que, claramente, ese era el objetivo. Y no me parecía mal que tuvieran ese objetivo, porque el cuerpo electoral de Cabildo sale de ahí, buena parte”.

Para su investigación académica, Monestier, Rosenblatt y Nocetto se propusieron comprobar qué tanto canaliza Cabildo el voto militar. “El país está dividido en localidades, que se corresponden con series (de la credencial), y en determinadas localidades hay mayor presencia de militares, porque hay brigadas, cuarteles y centros de formación militar de las tres fuerzas de las Fuerzas Armadas (FFAA). Esos soldados deben trasladar su credencial a esa ciudad. Pues bien, comprobamos que en esas localidades, el voto hacia Cabildo crece 6% más. Y si consideramos los votos observados, el 20% de los observados corresponde a personal militar que realiza tareas de custodia. Entre los votos observados, están sobrerrepresentadas las FFAA. Ahí el voto hacia Cabildo crece 9%”, ilustró Monestier, doctor en Ciencia Política.

Guido Manini Ríos / Foto: Prensa Cabildo Abierto

Guido Manini Ríos / Foto: Prensa Cabildo Abierto

Pero el electorado cabildante no se agota en la corporación militar, como lo reconocen los analistas consultados. En el proyecto de reestructuración de deuda (ahora en el tapete) o en el proyecto de ley forestal que propuso CA y vetó el presidente, hay guiños a la agenda de Un Solo Uruguay. “Es la reivindicación de más beneficios a los productores rurales nacionales pequeños y medianos, frente al complejo forestal celulósico”, apuntó Monestier.

Adolfo Garcé lo dice así: “Cuando CA sacó 50.000 votos en la interna de 2019 nos quedamos rascando la cabeza y pensamos: ‘Este no es solo un partido militar’. Tiene dos tipos de electores: por un lado, la familia militar, gente bien de derecha, ex blancos y ex colorados que quedaron huérfanos porque las propuestas de (Ernesto) Talvi y Lacalle Pou fueron centristas, y se entusiasmaron con la disciplina de lo militar, eso de ‘se terminó el recreo’”.

“Pero por otro lado tienen un electorado distinto, que defiende a los más frágiles, que votaba al MPP, que está en la periferia del país. Manini los logró juntar, con eso de la autoridad, de ‘se terminó el recreo’ y la defensa de los más débiles”, agregó. Para el politólogo Garcé, acá no hay poses. Manini no es un impostor, cree.

Los temas de Cabildo Abierto

Según Marcos Methol, coordinador político de Cabildo Abierto, las dos principales leyes propuestas del partido en lo que va del gobierno han sido la regulación de los suelos forestales —ley vetada por el presidente por decreto, en diciembre de 2021— y el proyecto que hoy pone Cabildo a discusión del Parlamento sobre la reestructuración de deuda de las personas físicas. “Son los dos más emblemáticos”, dijo.

Pero hay otros que a Cabildo le importan mucho, y se reflejan en su agenda legislativa desde 2020 al día de hoy. Enumera Methol: internación compulsiva de adictos, personería jurídica de los sindicatos, reparación a víctimas de grupos armados, ampliación de delito de prevaricato a fiscales, atención a deudores del Banco Hipotecario del Uruguay (BHU), corresponsabilidad en la crianza o tenencia compartida, derogación de la ley interpretativa de la Ley de Caducidad, atención al comercio fronterizo, prisión domiciliaria para mayores de 65 o 70 años, anuencia del Senado para contratos del Estado de larga duración y combate a los ciberdelitos.

Y también, señaló Methol, el partido ha acompañado todas las propuestas acordadas en el documento Compromiso por el País, firmado por todos los socios de la coalición.

Dante Fernández / FocoUy

Dante Fernández / FocoUy

Ahora bien, sus principales dirigentes no se reconocen de derecha. “Habría que definir qué es derecha y qué es izquierda”, propuso Manini Ríos para Seré Curioso de Montevideo Portal. “¿Izquierda es la sensibilidad por los más frágiles y la defensa de los humildes? Capaz que Cabildo es izquierda ahí, ¿no? La principal bandera que levanta CA es la de defender el trabajo nacional, la de cuestionar las concesiones excesivas que se le han dado al gran capital internacional. Las ha hecho el Frente Amplio (FA) esas concesiones al gran capital. El proceso de acumulación de tierras como nunca tuvo Uruguay [se dio] en los gobiernos del FA. ¿Cuál es la derecha ahí? Y el oponerse a todo cambio, en educación o donde sea, ¿cuál es la derecha y cuál es la izquierda? Es tan relativo eso”, relativizó.

Y siguió: “Hay algunos conceptos que nosotros tenemos que para algunos politólogos son suficientes para colocarnos en la derecha. Por ejemplo, en el proyecto de eutanasia, todo CA votó en contra. O tenemos posiciones críticas sobre (legalizar) el aborto”, dijo en octubre de 2022.

Manini también se refirió a lo que llama “ideología de género”, a la que calificó de “perversa”. Y minimizó la defensa del colectivo militar: “El hecho de que yo sea militar y que haya algunos militares en el partido (que no son más que los que tenía el FA con Seregni en las primeras épocas, o que los partidos fundacionales ahora mismo) pero en CA es más visible porque el candidato es militar. Todo eso ha llevado a esa etiqueta. Algunos hablan de ‘extrema derecha’”, se quejó.

En noviembre de 2019, cuando todavía no había sido designada ministra de Vivienda, Irene Moreira, esposa de Manini, dijo en el mismo espacio de entrevistas de Montevideo Portal que no reconocía a Cabildo como un partido de derecha, como afirma Caetano: “Desde que nació CA nos han tildado de derecha, de ultraderecha, de nazis, de izquierda”.

—¿De izquierda?

—De izquierda, claro. Dijeron que éramos un invento de (José) Mujica.

“Nosotros no somos de derecha ni de izquierda, nosotros llevamos los principios de Artigas, aggiornados a la actualidad, tratando de defender al más humilde, no dejando ningún uruguayo al costado de la vía. ¿Qué es derecha? ¿Es defender a los más necesitados? ¿Derecha es ir contra la bancarización? ¿O es de izquierda? Nos quisieron etiquetar para achicarnos la cancha. De derecha, de izquierda, ‘Partido Militar’, siempre queriendo achicar la cancha”, dijo en ese momento.

Más acá en el tiempo, y con Moreira en su banca de senadora tras haber renunciado al Ministerio de Vivienda, el senador Guillermo Domenech también usó una figura para sostener que los demás partidos veían a Cabildo como un rival no querido. “Cabildo ya nació generando gran incomodidad en todo el espectro político. Todos los partidos se sintieron invadidos. Nosotros entramos a participar en una fiesta a la que nadie nos había invitado. Y entonces, ocasionamos molestia a todos los que participaban habitualmente de la misma”, dijo el 9 de mayo en el programa Buscadores de canal 5 y VTV. “Cabildo Abierto es un partido distinto y responde a una visión del país que no tiene eco en los partidos tradicionales, ni en el FA”, agregó esa tarde.

Domenech junto a Manini Ríos en un acto de campaña. Foto: Gastón Britos / FocoUy

Domenech junto a Manini Ríos en un acto de campaña. Foto: Gastón Britos / FocoUy

Domenech también se refirió a la afinidad de la fuerza política con la corporación militar. “Lo único que les puedo decir es que yo no sé ni tirar con una onda. Así que de militar no tengo nada. En Uruguay tenemos un cierto prejuicio hacia los militares, quizás vinculado a los hechos del gobierno militar”, estimó.

Y recordó —como antes Manini— que tanto el Partido Colorado, como el Partido Nacional y el Frente Amplio fueron fundados por militares: Fructuoso Rivera, Manuel Oribe y Líber Seregni, respectivamente.

El historiador Caetano le responde: “Esa es una lectura militarista de la historia. Yo podría decir que en los tres partidos hubo figuras estelares que reconfiguraron los partidos y tenían visiones antimilitaristas: Batlle y Ordóñez nació a la vida política en la revolución de Quebracho contra (Máximo) Santos, Wilson Ferreira Aldunate estuvo exiliado durante toda la dictadura y fue uno de sus principales enemigos, y el propio Seregni estuvo preso y fue torturado”.

El IreneGate y sus heridas

El viernes 5 de mayo, luego de que radio 970 Universal difundiera la noticia de que la ministra de Vivienda había otorgado una vivienda a una militante cabildante en una adjudicación directa, sin pasar por el sorteo, el presidente Lacalle Pou llamó al líder de CA y le pidió la renuncia de su esposa al frente de la cartera.

Al mediodía, Manini Ríos ofreció una declaración pública en el Parlamento donde dijo que el presidente “se equivoca” al pedirle la renuncia a Moreira, dijo que ella había actuado amparándose en una normativa que la habilitaba (“no hubo ninguna irregularidad, ni siquiera un error”) y le pidió al mandatario que rectificara su decisión. En la alocución —que no admitió preguntas de la prensa— Manini Ríos aclaró que Lacalle nunca había llamado a la propia Moreira para pedirle su renuncia. La llamada no demoró, llegó antes que se terminara de leer la declaración.

Al atardecer, Irene Moreira ofreció una declaración similar a la de su marido, pero desde el edificio del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, donde tampoco aceptó preguntas. “Si hoy me lo consultan, volvería a tomar la misma decisión. Lo haría de nuevo”, dijo, para despertar una ovación de sus seguidores. Y adelantó que el lunes 8 asumiría su banca en el Senado.

Cabildo Abierto dijo que se tomaría el fin de semana para reflexionar sobre si seguir o no en la coalición de gobierno, y el lunes 8 el asunto se dirimiría en la Mesa Política del partido. Ese lunes, la ministra firmó la renuncia al ministerio, y CA definió —con muchas críticas a Torre Ejecutiva— continuar integrando el gobierno.

Desde entonces, aunque los socios lo intentan superar, han quedado heridas.

El politólogo Garcé no se escandalizó porque CA no haya aceptado de inmediato el pedido de renuncia de Moreira y le haya pedido al presidente que medite más la decisión. “El presidente tampoco es un rey. Simón Bolívar decía: ‘Lo que precisa esta América con el nombre de presidentes’. Esa es una concepción equivocada. Mujica toda la vida lo ha dicho, que no hay que tomarse tan en serio las investiduras presidenciales”, dijo.

“¿Qué tiene de malo que el socio de una coalición le diga al presidente: ‘Por favor, reflexione y cambie de opinión’. A mí no me parece mal. Lo que pasa que el tono, ese tono marcial, ese tono militar que tiene Manini… que no puede cambiar, porque él habla así. Ese tono molesta. Capaz que lo mismo, dicho en otro tono, pasa. Lo que pasa es que cuando uno escucha a un ex comandante en jefe del Ejército hablar en ese tono, aaahhh… a los de mi generación se nos viene toda la película”, estimó.

Felipe Monestier tampoco vio un quiebre institucional en la decisión de Moreira de no renunciar a la secretaría de Estado el mismo día que el presidente le pidió esa firma. “Es parte de un juego de ajedrez, en el que trató de reducir daños y devolverle el brete al presidente. Lacalle la había citado a una reunión en Torre Ejecutiva a las 19 horas, cuando empiezan los noticieros, como un director de un centro educativo cuando quiere regañar a un alumno”, dijo.

Irene Moreira en Torre Ejecutiva, tras su última reunión con el presidente. Foto: Dante Fernández / FocoUy

Irene Moreira en Torre Ejecutiva, tras su última reunión con el presidente. Foto: Dante Fernández / FocoUy

El politólogo calibró la decisión cabildante como “un error”, porque “cuando el presidente te pide la renuncia, se renuncia”, pero de todos modos, le pareció algo menor las horas de suspenso. “Vi más riesgo institucional en aquel gesto de Manini cuando fue cesado por [el expresidente Tabaré] Vázquez como comandante en jefe, y grabó una conferencia de prensa uniformado y desde el comando”, marcó.

Gerardo Caetano no comparte la misma visión que sus colegas. “Es obvio que Manini no tiene feeling con [Julio María] Sanguinetti, pero tampoco con el presidente. ¡No tiene feeling con los políticos! Y cuando el viernes [5 de mayo] da esa declaración en el Parlamento, hace una cosa inédita en la historia política del país: le pide al presidente que recapacite”.

—¿Eso le preocupa?

—A mí me preocupa más que haya un partido de referencia militar en Uruguay.

Caetano dice que no hizo ningún pronóstico ese fin de semana de paréntesis que Cabildo se permitió para repensar su futuro en la coalición. “Lo que pensé fue: este dirigente político, que es un militar, que piensa como militar, que es un distinto en el sistema político, que es inteligente y actúa estratégicamente, ¿cómo va a actuar frente a esto? Pensé que, en cualquier caso, iban a tomar una actitud ambivalente… ¡y la tomaron! Si lees la declaración, que para mí ya estaba hecha por esa red de militares cercana a Manini —donde entre otros está [Eduardo] Radaelli, que es muy importante—, dan todos los motivos para irse, pero finalmente se quedan. Es una señal preocupante”, opinó.

El coronel retirado Radaelli, mencionado por Caetano, es uno de los fundadores de Cabildo Abierto, y fue condenado por el secuestro del químico chileno Eugenio Berríos. También Enrique Mangini, acusado del asesinato del estudiante Santiago Rodríguez Muela en 1972, integra CA desde sus inicios. Los dos pertenecen, junto a Manini, a la logia castrense Tenientes de Artigas.

Para Caetano, la decisión de continuar en la coalición no se tomó por 16 cabildantes de la Mesa Política el lunes 8, si no que la tomó “ese núcleo duro, fuertemente militar”, el fin de semana previo. “Decidieron de acuerdo a una lógica estratégica”.

Adolfo Fito Garcé, en tanto, nunca dudó que CA se iba a quedar en la coalición. “Hizo bien Cabildo por el partido, hizo bien por la coalición, hizo bien por el gobierno, e hizo bien por el país”, resumió. “Tomaron la decisión correcta. Irse hubiera sido quedar en una especie de limbo, de vacío, quedar a la intemperie”.

Para Garcé, en un país de dos grandes bloques ideológicos, no hay lugar hoy para otra opción. “¿Espacio en el medio para decir ‘ni los unos ni los otros’? Me hace acordar a las penurias del Partido Independiente, cuando llegó un momento que tuvo que optar y decir de qué lado estaba. O antes el Nuevo Espacio, que votó muy bien con un 10% en el 89, y a la elección siguiente [Hugo] Batalla se fue con Sanguinetti”, comparó.

Eduardo Lust —hoy un diputado sin partido— dice que, al igual que Garcé, él nunca dudó que Cabildo seguiría en la coalición, como nunca dudó que votaría la reforma jubilatoria. “Es que la única posibilidad que tiene CA de satisfacer a sus electores es estando en la coalición. Con el Frente Amplio no tiene ninguna chance de que salga el proyecto de prisión domiciliaria para mayores de 65, no tiene ninguna chance el proyecto de refinanciación de deuda”, ejemplificó.

“Segundo, Cabildo tiene muchos cargos en la administración pública. Son muchos más de 54, contando desde choferes de ambulancias. Implicaba dejar todos esos cargos, porque si te vas, te vas del todo”, señaló el diputado Lust.

Y, además, dijo que algunos cabildantes venían haciendo una buena gestión. Nombró, entonces, a los representantes de la colectividad en UTE (Enrique Pées Boz), en el Correo (Rafael Navarrine) y en Ancap (José Luis Alonso, quien ya renunció tras contradecir públicamente al matrimonio Manini-Moreira, y entender que la dirigente debió aceptar la renuncia de inmediato). Dijo Lust: “Era echar por tierra la buena gestión que se estaba haciendo en otras áreas, por un temor menor: sacar a una ministra”.

—Pero es la esposa del líder…

—Es la esposa del líder, sí. Pero Manini es un hombre inteligente, y pensándolo, no iba a sacrificar todo un proyecto político porque a la esposa le pidieran la renuncia.

Una semana después de haber dicho “si hoy me lo consultan, lo haría de nuevo” respecto a entregar una vivienda a una persona conocida por vía directa, Irene Moreira cambió de opinión. “Con el diario del lunes te puedo decir que, quizás, no fue una decisión acertada, pero la ciudadana cumplía todos los requisitos”, dijo el lunes 15 en Informativo Sarandí.

En esa entrevista, la hoy senadora también se refirió a la casa otorgada a una mujer que trabajó como empleada doméstica en su hogar, años atrás. “Quizás por esa sensibilidad, le di algo para que ella pudiera vivir hasta que encontró una solución”, contestó.

“Las necesidades de las personas no tienen color político”, se justificó. “Cuando vas a un asentamiento, hay que buscar una solución. Yo me sentí usada”, dijo.

Foto: Gastón Britos / FocoUy

Foto: Gastón Britos / FocoUy

El martes 9 —ya con Moreira cesada, pero antes de que se conocieran nuevas viviendas adjudicadas de forma discrecional— Domenech evaluó en el vespertino Buscadores: “[Esto] nos generó un enorme disgusto, pero siempre las cosas malas traen algo bueno. Y en la interna de Cabildo trajo una gran cohesión, una gran unidad”, dijo.

Pues, no fue así. Al conocerse la polémica medida ministerial de Moreira, y la demora en aceptar el pedido de renuncia, unos cuantos cabildantes abandonaron el barco.

El diputado Sebastián Cal no compartió la entrega de una casa a una militante y criticó a Moreira: “Me parece que es de una tremenda injusticia con las otras familias que estaban en esa situación también”, dijo en Radio Viva de Punta del Este. También el entonces director de Ancap por Cabildo Abierto, José Luis Alonso, respaldó al presidente en el pedido de renuncia a la ministra: dijo que el pedido debía cumplirse “de inmediato y sin resabios”.

El 3 de mayo, había renunciado el coronel retirado Gabriel Albornoz a su cargo como director general de Secretaría del ministerio que conducía Moreira. Si bien adujo “motivos personales”, se supo que era por diferencias con la dirigente cabildante.

También esgrimió motivos personales el coronel retirado Daniel Bonelli para renunciar a su puesto como director del Instituto Nacional de las Personas Mayores del Ministerio de Desarrollo Social (Mides). Pero según fuentes cabildantes, su profundo malestar con las autoridades del partido motivaron su alejamiento.

El 18 de mayo, Alonso, quien había renunciado a su cargo en el directorio de Ancap, difundió una carta en la que hizo saber también su renuncia al partido. En la misma dijo que CA “es un partido que ha resultado muy distinto a lo proclamado” y que hoy se encuentra en una situación de “implosión”. “La falta de preocupación percibida y padecida, en los pequeños y grandes detalles, me traen recurrentemente a la mente el Cilindro Municipal, que sin los cuidados necesarios, terminó implosionando”.

Al otro día fue entrevistado por Desayunos Informales en canal 12. Allí aseguró que Manini Ríos lo había defraudado. Pero fue más allá: “Es un mecanismo de construcción de un mito, adornado de caudillismo” y “es muy riesgoso para la sociedad toda”.

Luego ilustró a Cabildo Abierto como “un grupo donde hay que tolerar órdenes fuera de orden”, donde las “reacciones fuera de línea se tornan costumbre” y donde se imponen “acciones no consensuadas”. Alonso dijo que al menos tres personas (una de ellas, Manini) habían pretendido callarlo al solicitarle que no hable del caso Moreira.

El renunciante agregó que CA está lejos de lo que pretendió ser en sus comienzos: “Cumplir con la palabra, beneficiar a los desfavorecidos, hacer política de manera distinta”. “(Hoy) lo estamos haciendo peor, no mejor”, concluyó.

¿Y de ahora en más?

Montevideo Portal entrevistó al líder de Cabildo Abierto hace una semana. En la entrevista, Manini Ríos dijo que ni el presidente Lacalle Pou “ni el papa” le dan órdenes a él, y, al valorar las consecuencias, también sostuvo que “si pudiera volver el tiempo atrás”, él “no hubiera hecho” lo que hizo su esposa al entregar una vivienda de forma directa.

Allí dijo que con el presidente “quedó un vínculo formal, de trabajo”.

El legislador Lust vislumbra que esa relación se quebró. “Quedó muy difícil reconstruir la relación de Lacalle con Manini, conociéndolo a Lacalle. Es una relación que tiene una herida incurable. Habrá un trato institucional, de partido a partido”, opinó.

Manini explicó por qué su fuerza política decidió continuar integrando la coalición de gobierno: “Lo que primó fue para qué nos eligió la gente. Pensamos que íbamos a defraudar a mucha más gente de la que nos iba a aplaudir. La esencia de la política es saber interpretar a la gente: la gente de uno y el resto de la gente”, dijo.

En tanto, Domenech fue uno de los tres cabildantes que en la Mesa Política votaron por irse de la coalición tras el cortocircuito del presidente con Moreira. En Buscadores dijo: “¿Por qué voté eso? Porque creo que CA tiene un perfil distinto a los otros partidos. Y para marcar ese perfil distinto sería bueno tener un grado de independencia absoluta. Reconozco que eso tiene algunas dificultades. En Uruguay la gente está muy dialectizada (sic): pro coalición versus pro FA. Y se les hace muy difícil visualizar que pueda haber un tercer camino, distinto a los dos que se ofrecen, que en el fondo no son tan distintos”, marcó.

Para Garcé, no era momento de desmembrar la coalición y no tiene sentido que algún socio se baje ahora, que según las encuestas, el gobierno goza de un buen porcentaje de aprobación. “Irse de la coalición cuando el presidente tiene 45% de aprobación, sería raro… La gente se va de las coaliciones cuando los gobiernos están fracasando. Este no es el caso”, opinó. “Este es un gobierno que tiene problemas, pero ha logrado más éxitos que otros gobiernos. Hoy Lacalle tiene 45% (de simpatía), más que Tabaré Vázquez en su primer gobierno, que a esta altura tenía 43%”, comparó.

Él cree que habrá coalición con todos sus miembros —“era de cinco, ahora es cuatro”, acotó, dejando afuera al Partido de la Gente— hasta diciembre, o enero de 2024. “Si la coalición es diversa, mejor para la coalición. Pero si es tan diversa que pasan factura y se reprochan cosas todo el tiempo, la credibilidad de la alianza puede sufrir”, añadió Garcé.

Su colega Monestier cree que a partir de ahora, cada socio buscará tener el timing perfecto para tomar distancia del Partido Nacional, el socio mayoritario. “Están haciendo cuentas, piensan cuál es el mejor momento de distanciarse, quedarse sin cargos y sin chances de conseguir políticas que le son caras, para empezar a competir de cara a 2024”, sostuvo. Y recordó que el último socio fiel hasta el último día con su socio más grande fue el blanco Alberto Volonté, y así le fue.

Imagina Monestier que CA buscará que se dé algún episodio de corrupción o que los nacionalistas no le lleven alguna ley de iniciativa cabildante, para “pegar el portazo”. “Me imagino una coalición tensa de ahora en más. Los socios están buscando el momento de alejarse”, agregó.

Caetano, en tanto, se pregunta cuánto más tolerará el Partido Nacional a Cabildo Abierto como socio, disparando fuego amigo. Y recordó que apenas horas después de conocerse el crítico comunicado cabildante que confirmaba su permanencia en la administración se conocieron pintadas en los muros, poco amistosas, que decían: “Más empleo y menos surf”.

“La coalición tiene un sentido de configuración política en dos grandes espacios en Uruguay. De un lado el FA, y del otro, todos los que rajen. Manini dice que hay dos espacios políticos, pero tres proyectos ideológicos. Cabildo marca distancia, pero se queda. Obviamente los cargos juegan: eso es poder. Pero parece que fuera Cabildo el dueño de la decisión de quedarse en la coalición. Yo me pregunto: ¿No llegará un momento en que para el presidente tener un socio como CA sea más problema que solución? ¿Querés seguir teniendo a un socio que permanentemente está marcando las diferencias contigo?”, se preguntó. Y a modo de ejemplo, señaló tuits de dirigentes cabildantes críticos con la política monetaria y el atraso cambiario.

Para el historiador, Cabildo no va a esperar el momento de competir. “Desde que nació está compitiendo, siempre compitió”.

Por César Bianchi


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