Gastronomia

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En los menús de restaurantes con cocina tradicional de Uruguay, el pollo es un alimento que siempre dice presente. En la propuesta que ofrece el El Berretín se incluyen opciones de pollo a la parrilla y “sugerencias del chef” que interactúan asiduamente con este tipo de carne.

Ubicado en José María Montero 3052, esquina Guipúzcoa, el local revive los vestigios de lo que fue el almacén La Marina, una de las más reconocidas tiendas de productos alimenticios al menudeo de Punta Carretas durante los años 40.

“Conservamos todo el mobiliario original, tiene mucho aggiornamento de esa época”, comenta Herman Burguer, director de El Berretín, que ya tiene seis años en el mercado gastronómico de Montevideo.

El conocido restaurante nace a partir de la iniciativa de Burguer, Daniel Silveira, Renzo Gatto y Andrés Mañosa.

Con respecto a la carne de pollo que ofrecen, la trabajan de forma fresca (no congelado). “El pollo es muy delicado, no se puede romper la cadena de frío. Hay que tener mucho más cuidado que con la carne roja”, afirma Burguer.

El pollo a la parrilla (con cortes de muslo y suprema) se acompaña muy bien con boniato asado, puré de calabaza o las clásicas minutas (papas fritas o rústicas) que conforman la carta. El mejor aliado para condimentar el pollo es el limón, aunque la mostaza tiene su lugar de privilegio.

En un ambiente que armoniza el arte vintage con un estilo rústico, el chef Alejandro Vota diseña sus menúes, que cambia cada dos o tres días, y entre los que innova con platos que incorporan pollo en su preparación. “Cuando se diseñó la carta, se pensó como una propuesta de barrio, por eso se incluyen platos típicos como tortillas, milanesas, pastas, parrillas y los más ambiciosos son de sugerencias del chef”, cuenta Vota.

Los platos clásicos con más demanda por parte de los comensales a la hora de elegir el pollo son la ensalada César y la brochette a la parrilla, pero dentro del “menú del día”, los preferidos son pollo al wok, arroz tailandés y lasaña de pollo.

Precisamente, uno de los más pedidos entre estas sugerencias es el arroz tailandés: un arroz frito, con curry, vegetales salteados al wok, pollo (suprema cortada en cubos, a la parrilla), langostinos y limón.

Es una sana y exótica opción que ofrece el chef de El Berretín, y que también puede prepararse fácilmente en casa.

Misterios de El Berretín

Uno de los atractivos del lugar, más allá de la propuesta en su carta, es el mito citadino que rodea al local. “Cuando estábamos haciendo la reforma para el restaurante, encontramos hacia el fondo un piso falso en donde se escondía un túnel. Surgieron varias versiones sobre su origen, de lo que tenemos certeza es que esto hace que sea un lugar misterioso para la zona”, cuenta Burger.

El local se encuentra en un sitio estratégico relacionado a la antigua prisión de Punta Carretas, de la que tupamaros y otros presos escaparon. Se cree que ese túnel fue construido en los años 70, justamente para comunicarlo con las cloacas y posteriormente utilizarlo para una huida. Los tupamaros le llamaban “berretín” a sus escondites, y de ahí nació el nombre del restaurante después.

Para aprovechar dicho espacio, arriba de ese túnel de dos metros de largo y cinco de ancho se colocó un piso de hierro y vidrio para que, quienes gusten consumir en ese sector del local, pueden observar debajo tal hallazgo.