La Universidad de Sheffield realizó un estudio con más de 250 niños entre los 4 y los 16 años, con el objetivo de comprobar qué estatus tiene para ellos la imagen del payaso. El trabajo concluyó que, en menor o mayor medida, todos los niños encontraban desagradables las imágenes de los clowns.

El estudio descubrió que decorar los cuartos y ambientes de los niños con imágenes de los payasos es contraproducente.

Los investigadores aseguran que los resultados revelan lo importante que es consultar a los niños en el diseño de los hospitales infantiles.

El doctor Penny Curtis aclaró: "Como adultos hacemos presunciones sobre lo que es mejor para los niños. Sin embargo, descubrimos que los payasos son universalmente rechazados por los niños. Algunos los encuentran sencillamente escalofriantes e insondables.

Marjorie Gillies, una nurse del Hospital Real para Niños Enfermos de Glasgow, afirmó: "Descubrimos que tener payasos decorados es demasiado. No les resultan familiares y vienen de una era diferente. No lucen graciosos sino simplemente extraños"

"Los niños están mucho más contentos con tener cosas en las paredes que tengan alguna suerte de relevancia para ellos, no imágenes que les son impuestas por los adultos".