Poquito a trasmano.
El Milan Schipper regresó cabizbajo a su Holanda natal, y ahora recauda fondos para el viaje correcto.
Cualquiera puede despistarse en un viaje. Doblar en la calle que no era, perder la brújula, agarrar el mapa al revés y un sinfín de razones puede hacer que se pierdan las referencias y el viajero acabe en otra parte.
Más difícil resulta extraviarse cuando se viaja en avión, un medio donde el pasajero asciende en el punto de origen y no debe hacer nada más que estar sentado hasta llegar al destino. Sin embargo, el joven holandés Milan Schipper se las arregló para hacerlo.
Según informa Mashable, Schipper siempre había soñado con conocer Australia, y cuando encontró en Internet una promoción con vuelos baratos a ese lugar, rompió la alcancía y usó sus ahorros en el pasaje.
En su relato, el joven cuenta que su paso por el aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, transcurrió sin novedad: Milan despachó su equipaje, presentó su documentación y ocupó su asiento en el avión. Una vez en el aire, la ruta de vuelo que se mostraba en las pantallas fue un balde agua fría: el aparato se dirigía hacia Norteamérica.
Inmediatamente consultó a la tripulación, pero todo estaba en regla: ni el piloto se había equivocado ni él había embarcado en el avión incorrecto. El error se había producido antes, cuando Milan compró los boletos.
MIlan se enteró en ese momento que hay en el mundo varias ciudades llamadas Sídney, y él había comprado pasaje para la que se encuentra en Nueva Escocia, Canadá.
El muchacho regresó a casa en el siguiente vuelo, derrotado y sin dinero para un nuevo viaje.
"Mi padre me fue a buscar al aeropuerto y me dijo que lamentaba mucho lo ocurrido, pero también aseguró que era algo que sólo podía pasarme a mí", cuenta el viajero.
Ahora, Milan lanzó en Internet una campaña de recolección de fondos para comprar nuevos pasajes, esta vez a la Sídney correcta.


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