"Damas y caballeros que viajan en este medio de transporte colectivo". "Grandes fábricas de golosinas X dice y hace presente" "Calidad, cantidad y buen sabor": la venta callejera ha sabido crear una jerga propia, acuñando una serie de lugares comunes gastados y aburridos.

Francisco Orihuela Ramírez, un adolescente que vende empanadas en las playas de Acapulco, México, ha decidido pregonar su mercadería mediante un discurso alejado de todos esos tópicos. Quizá no logre cerrar todas las ventas que intenta, pero si hay algo que sí logra es capturar la atención de su público.