El susceptible cocinero, llamado Gang, se subió a una torre de alta tensión en Zengzhou, luego de ser regañado públicamente por un colega en el restaurante donde ambos trabajaban.

Los bomberos acudieron al lugar y de inmediato llevaron adelante el protocolo habitual en estos casos: colocar un mullido colchón inflable debajo de la antena, e intentar convencer al potencial suicida de que deponga su actitud y descienda.

Según informa Daily Mail, desde el restaurante le notificaron a la esposa de Gang lo sucedido. De inmediato ella lo llamó por teléfono, pero el alterado chef arrojó el aparato al suelo.

Gang sólo pudo ser disuadido cuando Fang -el colega que lo había rezongado- se presentó en el lugar y le ofreció sus disculpas. Para ese entonces, ya llevaba dos horas en las alturas.

"Fang trajo a sus amigos a comer al restaurante, y yo amablemente lo ayudé a cocinar los platos para su mesa", cuenta Gang. Sin embargo, el trabajo en colaboración no terminó de manera tan armoniosa como empezó. "Me regañó en público por más de veinte minutos, acusándome de hacer un plato demasiado salado".

Nada dice la crónica acerca de si el plato en cuestión tenía o no demasiada sal.