La jornada del 1º de mayo estuvo signada por cuatro hechos de violencia que les costaron la vida a otros tantos hombres.

El primero de ellos se produjo en el barrio montevideano Plácido Ellauri. Según consignara el noticiero Telemundo, el hecho sucedió alrededor de las 6:00 horas del miércoles en las inmediaciones de las calles Machíes y Ernesto Quintela.

Allí, un hombre que estaba en compañía de otras personas fue atacado. Le efectuaron cinco disparos que le produjeron la muerte de forma inmediata. El fallecido fue identificado más tarde por familiares. Se trata de un adulto con un antecedente penal.

El segundo ocurrió sobre las 7:30 en un bar sobre la calle Chiesa de la localidad tacuaremboense de Paso de los Toros. Allí, según consignara Semanario Centro, dos hombres que mantenían una antigua desavenencia tuvieron una discusión, en cuyo transcurso uno efectuó dos disparos contra el otro.

La víctima, de 39 años, fue trasladada a un centro asistencial, pero no se pudo hacer nada para salvar su vida. El matador huyó del lugar y más tarde se entregó a la policía. Víctima y victimario tienen prontuario policial.

El tercer episodio sucedió también esa mañana, pero en la localidad canaria de Las Piedras, y su condición de homicidio está por confirmar.

Tal como informáramos, el cuerpo de un hombre apareció degollado durante la mañana del pasado miércoles en su casa, en las calles 3 y Vivian Trías. El caso fue derivado a la Fiscalía y Bárbara Zapater es la encargada de llevar adelante la investigación de la causa.

En rueda de prensa, Zapater explicó que por los primeros elementos se trataría de un homicidio. “Si lo confirma la forense por el tipo de heridas que presentaba el cuerpo, el hombre fue tomado por detrás y degollado. No llegó a entrar en su casa”, agregó la fiscal. Por otra parte, aseguró que el homicidio fue cometido entre las 2:00 y las 8:00 horas del pasado miércoles. El fallecido tenía todas sus pertenencias, menos el celular. Además, la casa estaba ordenada y no le faltaba ningún elemento.

La fiscal aseguró que el individuo trabajaba en la feria vendiendo yuyos. Una vecina lo escuchó rezongar a su perro en la madrugada, pero luego todo permaneció en normalidad, dijo la funcionaria.

Finalmente, el cuarto asesinato se cometió durante la noche en la zona de Rincón de Pando.

Allí, un hombre de 76 años oyó ruidos provenientes del galpón de su chacra y salió armado a investigar. Al hacerlo descubrió a un hombre que huía hacia el monte y corrió tras él. Ambos intercambiaron disparos.

El septuagenario recibió un disparo mortal en la cabeza. Su arma no fue encontrada junto al cuerpo, por lo que se estima que pudo haber sido sustraída por el homicida.