La semana pasada, un equipo de investigadores de la Universidad de Ciencias de la Salud de Estambul, Turquía, presentó un informe acerca de un curioso caso que se presentó en el campo de la urología.

El informe está firmado por los doctores Nihat Turkmen, Cemil Kutsal, Abdullah  H. Yavuzsan y Sinan L. Kirecci, quienes atendieron el caso en el hospital Sisli Hamidiye Etfal de la ciudad de Estambul.

En el reporte, recogido por la publicación especializada Cureus, se describe que el paciente llegó al centro de salud y narró que experimentaba fuertes dolores durante la erección, y que su pareja también se sentía incómoda durante el coito.

Los médicos lo revisaron y comprobaron que “presentaba un bulto duro, semimóvil, palpable, de aproximadamente 2x2 cm, ubicado en la cara ventral del pene, englobando el surco coronal”.

El paciente no tenía antecedentes médicos ni quirúrgicos de ninguna enfermedad u operación, ni dificultad alguna para orinar. Posteriormente, los facultativos procedieron a una ecografía peneana que reveló una lesión hiperecoica con mínima vascularización a su alrededor.

Se decidió exploración quirúrgica con anestesia local y se extrajo del miembro viril del joven un trozo de vidrio de 2x2 cm, ubicado adyacente a la túnica albugínea del cuerpo cavernoso derecho y la uretra. Tras el procedimiento, el paciente pasó un día internado en observación y luego fue dado de alta sin complicaciones.

En cuanto al modo en que el trozo de cristal llegó a tan inesperado sitio, el informe da cuenta de que, 13 años atrás, el hombre resultó gravemente herido en un accidente de tránsito. En aquella ocasión sufrió daño multiorgánico y pasó dos meses en coma. Tras salir de esa condición, y durante los siguientes dos años, experimentó episodios de pérdida de memoria. En el siniestro de tránsito, el trozo de cristal se habría incrustado en el ventral distal del pene, donde se alojó y permaneció hasta que los urólogos lo extrajeron.

En su reporte, los profesionales señalan que la literatura médica registra no pocos casos de fragmentos de vidrio o mica insertos en la uretra o debajo de la piel del pene, pero —a diferencia del presente caso— suele tratarse de situaciones derivadas de acciones intencionales de los pacientes, ya sea por patologías mentales o parafilias.

Sin embargo, los accidentes de tránsito también pueden hacer que cuerpos extraños se alojen en esa parte del cuerpo, tal como lo demuestra lo antes descrito.