Un hombre de 64 años falleció este miércoles en la Clínica Robles, ubicada en el barrio porteño de Belgrano, mientras se sometía a una cirugía para colocarse un implante dental, según informó La Nación.
De acuerdo con la fiscalía a cargo del caso, la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional n° 59, dirigida por el fiscal Belloqui, ordenó una serie de medidas para esclarecer lo ocurrido: peritaje del quirófano y secuestro de la historia clínica del paciente y de las credenciales profesionales del personal médico.
Además, se hizo la detención preventiva de dos de los profesionales que participaron de la intervención: Marcelo Fernando Robles, cirujano plástico y propietario del establecimiento, y José Miguel Galeano, cirujano maxilofacial que alquilaba el quirófano para operar.
La clínica fue clausurada con una faja judicial, en tanto las autoridades investigan si hubo una sobredosificación de sedación durante el procedimiento.
La hermana de la víctima, Alejandra, declaró a La Nación que su hermano —identificado como Miguel Ángel Berlini— no tenía antecedentes médicos que explicaran un colapso repentino.
Según su relato, la cirugía estaba prevista para comenzar a las 8:30 y finalizar hacia el mediodía. Sin embargo, tras ese horario no recibieron ninguna novedad. “Cuando le consulté por los riesgos de la cirugía, el doctor me dijo que la anestesia era en la boca y que le iban a dar otra sedación completa del cuerpo”, dijo Alejandra.
Cerca del mediodía, uno de los médicos se acercó a comunicar que iban a llevar a Berlini a terapia para “escanearle la boca”. Más tarde, prometió regresar para que la familia lo viera, pero nunca lo hizo.
Recién a las 17:30, después de repetidos reclamos, los médicos informaron a la familia que Berlini había sufrido un paro cardiorrespiratorio durante la cirugía. Aseguraron que intentaron reanimarlo durante 40 minutos, sin éxito.
Alejandra cuestionó los métodos usados para reanimarlo: preguntó si se había utilizado desfibrilador o medicación específica, ya que le dijeron que solo se hizo RCP manual.
Según La Nación, Miguel Ángel Berlini vivía en San Isidro y era muy querido por su familia. Amaba cocinar, compartía sus preparaciones caseras en redes sociales y mantenía una relación estrecha con sus hijas.
La familia sospecha que el hombre pudo haber recibido una dosis excesiva de sedación, lo que podría haber desencadenado el paro. Las autoridades judiciales no han confirmado aún una causa definitiva de muerte.