Desde el inicio de la pandemia por coronavirus, el doctor Gustavo Salle se erigió como una de las principales voces del negacionismo vernáculo, oponiéndose especialmente a la vacunación contra el virus causante de la enfermedad.
Al igual que otros que comparten su postura en todo el
mundo, Salle considera que dichas vacunas son un “experimento génico”, digitado
por poderes en la sombra, como el Foro de Davos, el empresario Bill Gates, o el
ya casi centenario político estadounidense Henry Kissinger.
El año pasado, Salle estuvo en el ojo de la tormenta luego de sugerir que el “lobby
judío” había incidido en la elección del doctor Henry Cohen como miembro del
Grupo Científico Asesor honorario (GACH). Meses más tarde el abogado fue
noticia debido a una de sus frecuentes alocuciones en la vía pública. En esa ocasión,
y megáfono en mano, esbozó una extraña hipótesis que incluía Salle al Foro de Davos
(otra vez) al comunismo chino y al futbolista Lionel Messi.
"Los llevo al fútbol. Los jugadores trabajan para la oligarquía internacional. Por algo Messi fue escogido por la pandilla masónica del Foro de Davos para que lleve la camiseta 30, emblemática del comunismo chino, que se viene para el 2030", dijo en la ocasión.
Según Salles, las vacunas “se inoculan para matar”, y desde esa convicción saludó el fallo resuelto el jueves por el juez Alejandro Recarey, que obligó al cese inmediato de la vacunación en menores de entre 5 y 13 años. Dicho dictamen -que será objeto de apelación- fue criticado por el gobierno, la oposición, colectivos médicos y la comunidad científica.
Dentro del debate suscitado en torno al asunto, uno de los argumentos esgrimidos contra el fallo de Recarey es que las vacunas anticovid en Uruguay no son obligatorias, y que la prohibición vulnera el derecho de los padres que sí quieren vacunar a sus hijos.
A ese razonamiento, Salle replicó a través de Twitter con una comparación ilógica, pero coherente con la línea argumental que ha manifestado en el último año y medio.
“Algunos padres reprochan no tener derecho a inocular experimentalmente a sus hijos sin consentimiento medico informado, es como reivindicar no poder ejercer cualquier conducta ilegal sobre ellos, ejemplo, golpearlos”, expresó.
Algunos padres reprochan no tener derecho a inocular experimentalmente a sus hijos sin consentimiento medico informado, es como reivindicar no poder ejercer cualquier conducta ilegal sobre ellos, ejemplo, golpearlos
— Dr. Salle Lorier (@sallelorier) July 8, 2022
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