La ministra de Mujer, Familia y Derechos Humanos de Brasil, Damares Alves, suele ser noticia no tanto por sus iniciativas políticas, sino por sus peregrinas declaraciones. Antes de asumir su cargo, había anunciado una nueva era en el país, donde "los niños visten de azul y las niñas de rosa". Luego volvió a ser objeto de polémica tras criticar el "contenido lésbico" del dibujo animado Frozen. Y como si eso no bastara, también se metió con otros personajes animados.

Ahora, la funcionaria aseguró que las niñas en el archipiélago de Marajó sufren abusos sexuales por falta de ropa interior.

En un evento en el Palacio de Planalto, en Brasilia, la jerarca mostró los resultados del programa Abrace Marajó, destinado a proteger a las personas más vulnerables en esa castigada zona del país. En su alocución, Alves de despachó con una hipótesis un tanto peregrina.

"Los expertos nos dijeron que las niñas son abusadas allí porque no tienen bombachas, no las usan porque son pobres", dijo al referirse al alto índice de violaciones en la región.

El objetivo del programa es combatir la explotación sexual y la violencia contra los niños, adolescentes, jóvenes, mujeres y ancianos en la isla de Marajó, archipiélago de Pará, según informa el medio local Carta Capital.

Alves dijo que su ministerio había había recabado muchas donaciones de ropa interior para enviar a la región, y enfatizó que la mejor manera de combatir el crimen sería llevar allí fábricas de bombachas, para generar empleo y producir las piezas a un precio más barato.

Damares también abordó el alto número de abusos en la región, el tráfico sexual de niños y el incesto. "La pedofilia y la explotación no son cultura. Pidieron ayuda y este ministerio escuchó ", dijo.