El canciller de la República, Mario Lubetkin, repudió el ataque terrorista y antisemita ocurrido el pasado domingo 14 de diciembre en una popular playa de Sídney, que dejó 12 personas fallecidas —entre ellas uno de los atacantes— y al menos 29 heridos y explicó por qué Uruguay “tardó” en pronunciarse.

En diálogo con el periodista Leonardo Sarro, el ministro de Relaciones Exteriores dijo que el gobierno recibió la noticia “temprano” con un informe de la Embajada de Uruguay en Australia.

“Tardamos en salir porque teníamos información de que podía haber un uruguayo y yo no quería que saliéramos hasta tener la confirmación de que ni entre los muertos ni los heridos hubiera ciudadanos de otro país”, expresó.

Lubetkin sostuvo que, “si seguimos por los caminos del odio, del antisemitismo y del racismo, vamos mal”. El ministro calificó el atentado como otro llamado de atención a una realidad “en la que dos figuras son capaces de hacer un mal increíble”.

“El desafío nuestro es seguir teniendo la guardia alta y evitar que esto se transforme en una normalidad, porque resulta que se puede atentar en todos lados. Y darle mucha fuerza al tema de que nuestro objetivo tiene que ser parar el odio y el antisemitismo. Tenemos que buscar camino y no basta decirlo. Son lindas palabras, pero, evidentemente, no lo estamos logrando”, expresó el canciller.

En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores condenó el pasado domingo el tiroteo fatal ocurrido al lado de una celebración por la festividad judía de Janucá.

En un comunicado, Cancillería manifestó “sus condolencias y solidaridad al pueblo y al gobierno de Australia, así como a las familias de las víctimas y los heridos”.

“Uruguay reafirma su más enérgico repudio a todo acto de violencia injustificado, así como a las manifestaciones de odio, extremismo, racismo y antisemitismo”, agregó.

Algunos dirigentes de la política uruguaya, así como el Comité Central Israelita (CCIU), aseguraron que se trató de un ataque “antisemita” y se manifestaron en redes sociales al respecto.

En un comunicado oficial, las fuerzas de seguridad australianas señalaron que el ataque fue deliberado y estuvo motivado por el odio, mientras que el gobierno del estado de Nueva Gales del Sur afirmó que el objetivo era la comunidad judía.

Los atacantes son padre e hijo; uno de ellos murió durante la balacera. “El hombre de 50 años falleció. El de 24 años se encuentra actualmente en el hospital”, declaró en una rueda de prensa el comisario de Policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, que precisó que las autoridades no están buscando a ningún otro sospechoso.