El pasado fin de semana, un hecho al que resulta difícil encontrar precedentes causó asombro a los vecinos de la ciudad de Paysandú.
Según informara el periódico local El Telégrafo, el protagonista del episodio es Benjamín Lachowicz, un niño que se bañaba en el Balneario Municipal, playa situada sobre el río Uruguay, en el norte de la capital departamental.
Mientras jugaba en la costa, en aguas de menos de un metro de profundidad, el pequeño sintió una dolorosa mordedura en una mano. Su padre, Marcelo Lachowicz, acudió en socorro de su hijo, quien lloraba y forcejeaba. Allí, el hombre comprobó que el niño había sido mordido por “un dorado de tamaño considerable”.
El informe detalla que el menor presentaba una lesión “casi en circunferencia”, y que fue trasladado al hospital local, donde le administraron calmantes y antibióticos.
El episodio resulta especialmente llamativo debido a que el dorado se alimenta de peces pequeños y no ataca a criaturas de porte mayor y, mucho menos, a humanos.
Por fortuna, los dientes de estos animales no son puntiagudos y filosos como los de otros depredadores, sino aplanados.