Fernando Pereira es junto a Gonzalo Civila e Ivonne Passada uno de los tres candidatos a la Presidencia del Frente Amplio (FA), de cara a las elecciones que se realizarán este domingo. A menos de tres meses de renunciar al movimiento sindical y de ponerse el traje de candidato, Pereira habló con Montevideo Portal sobre “el FA de los próximos 30 años”, la “izquierda del futuro”, el proceso de autocrítica, la necesidad de tener una agenda propia y no seguir la del gobierno, y el referéndum contra los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC), entre otros temas.

Montevideo Portal: ¿Cómo ha sido encarada la campaña de cara a las elecciones del próximo domingo?

Fernando Pereira: Hemos logrado visitar todos los departamentos y en la mayoría de ellos más de una localidad. Esto requiere entender a los frenteamplistas. Hay un gigante que empezó a despertar y ese gigante que despierta es enorme en volumen y densidad ideológica y enorme en movilización. Pero hay que poder entenderlo y ese gigante enorme tiene que poder entender al resto de la ciudadanía y conectar con ella. Hay decenas de miles de uruguayos que no nos han votado que se han enojado con el FA, que se han molestado, desencantado, y es necesario traerlos de nuevo a las filas del FA. Incluso muchos uruguayos que nunca pertenecieron al FA se desencantaron, ya en dos años, con las políticas del gobierno, que les prometieron cosas que no cumplieron. Le prometieron que no iban a bajar los salarios y bajaron, bajaron las jubilaciones, 100.000 uruguayos cayeron por debajo de la línea de pobreza. Otros uruguayos, menos, los malla oro concentraron 6.800 millones de dólares en los bancos del Uruguay y el exterior. Estas molestias empiezan a generar movimientos importantes a las ciudadanías, a tal punto que la última encuesta (de Opción Consultores) dio que las políticas económicas tienen 37% de apoyo en el segundo año del gobierno. Estas son muestras de agotamiento de un sistema que fracasa porque fracasa su forma de ver el mundo, fracasa la lógica de la distribución del mercado, el mercado no distribuye, el mercado concentra y cuando concentra excluye a otros. Entonces, ese gigante que empezó a despertar tiene que ser responsable, reflexivo, analítico, para luego actuar y construir la izquierda del futuro, que es la izquierda 30 años para adelante. Esa izquierda, 30 años para adelante, va a competir en 2024, y probablemente gane en 2024, pero no tiene que ser ese su único objetivo. Su objetivo tiene que ser construir un conjunto de transformaciones del aparato productivo, de la distribución social, de la construcción de justicia social, y de profundización democrática que enamore a los uruguayos. Que los vuelva a enamorar como los enamoró en 2005 y en el 2005 el FA no los defraudó, transformó. Este es un proceso que tenemos que volver a hacer, volver a enamorar para volver a transformar.

MP: Dentro de las prioridades a futuro hay temas en agenda que quizás en 2005 estaban en menor medida, como la paridad, la descentralización, la renovación generacional, entre otros.

FP: Sin dudas. Por eso digo, cuando el FA llegó en 2005 llegó para transformar, y transformó el Sistema Nacional Integrado de Salud, sustituyendo la “tarjeta de pobres”. Duplicó el presupuesto educativo, transformó la matriz energética del Uruguay, y hoy ya no dependemos de la lluvia ni de la importación de Argentina, y logramos exportar a Brasil 400 millones de dólares, con toda la discusión medioambiental que eso trae. Construimos una política de negociación colectiva que permitió que los trabajadores mejoraran su salario 56%, pero las maestras por dos, las trabajadoras domésticas por tres y los trabajadores rurales de menor categoría por cuatro. Construimos el Sodre, el Antel Arena, el edificio de Presidencia. Durante nuestras intendencias construimos cada espacio cultural en un centro cultural. Entonces, hay un conjunto de acciones programáticas, que tienen que ver con transformaciones profundas, tal vez las transformaciones más profundas de América Latina, entre ellas la reforma del sistema tributario, no bien explicada, pero que dio como consecuencia un reparto más equitativo. Bajamos la pobreza del 40% al 9%, y estos son datos de América Latina que nadie logró hacer en 15 años. Estas transformaciones ya dieron sus frutos, los uruguayos las han disfrutado, se han apoderado de ellas. Tal vez las hicimos para los más débiles, pero no las hicimos con ellos, en el segundo ciclo hay que hacerlas con ellos.

Foto: Carlos Lebrato

Las renovaciones ideológicas siempre son hijas de renovaciones generacionales, tienen que entrar al FA, por puertas y ventanas, miles de jóvenes con sus banderas, sus transformaciones, sus revoluciones y ganas de cambiar el mundo, y nosotros empujamos. Tiene que haber un FA que empezó el “Pueblo a pueblo” con su campaña interna y lo termina dentro de 20 años y evalúa. Entenderlo en su interior es ir a cada localidad, entender al vecino, su historia, idiosincrasia, su forma de producir, su trabajo, a qué aspira, qué esperanzas tiene, qué país quiere vivir, qué sueños tiene. En la medida en que el FA logre sintetizar esas opiniones va a construir un ideario colectivo del sentir nacional, que tiene particularidades en cada rincón del país. El FA tiene que ir hacia la paridad, no es solo firmar un protocolo de paridad, es trabajar para ir a la paridad, y eso es dar oportunidades. Naturalmente hay que establecer un vinculo profundo con la ciencia, con la academia y la intelectualidad. También con los movimientos sociales, el sindical, cooperativo, el feminismo o los medioambientalistas. Tiene que haber un diálogo potente con la estructura de base del FA para que la base procese la discusión política que la fuerza política está dando, y la esté dando en el mismo momento que la esté dando la Mesa Política o el Plenario. Discutiendo políticas, pero sin dejar de hacer las demás cosas que hace un comité, que tiene que ver con la vida territorial. Esa es una gran fortaleza que tiene el FA, tener comités territoriales abiertos los cinco años durante todos los períodos, algunos que vienen de 1971 y otros que hay que abrir. El FA es capilar o deja de ser el FA. Tener territorialidad, militancia de cercanía, la cercanía con las militancias barriales, con las comisiones o la cultura popular del lugar donde uno vive. Ese es un ciclo de transformaciones que el FA no puede dejar de hacer.

MP: ¿Cómo ha sido el proceso de autocrítica del FA y cómo reconstruir a partir de ese proceso? 

FP: La autocrítica es mirar todas las cosas que hicimos muy bien, cómo gestionamos un gobierno, cómo construimos el Uruguay en el país más democrático de América Latina, y no tenemos que dar ninguna prueba del cumplimiento democrático. Cómo colocamos al Uruguay en los mejores guarismos de todo lo que mide el universo, la política exterior. Cómo logramos transformar cosas que parecían inmodificables, pero al mismo tiempo tenemos que hacer nuestra autocrítica: por qué no conectamos bien con la sociedad, por qué perdimos una parte del electorado, por qué una parte sigue enojada o molesta, qué nos pasó que no pudimos interpretar a la sociedad uruguaya, por qué una parte se fue y voto a los partidos tradicionales o incluso a los partidos más de centroderecha o de derecha. Lejos de responsabilizar a los que no están tenemos que irlos a buscar con modestia, partiendo de la base de que todas las razones no las tenemos debajo del brazo y que hay razones siempre en la palabra del otro, su voz y lo que reflexiona. Escuchar implica entender, atender e intentar modificar prácticas que no fueron positivas para el FA y fueron analizadas, y reanalizadas en el Congreso, y a partir del 6 de diciembre tenemos que ir a la ofensiva con una agenda potente, de recorrida, pero también temática. Nuestra posición no puede ser solo de respuesta al gobierno, tiene que ser de propuesta permanente a la sociedad. Tenemos propuestas en materia económica, en materia tributaria, en política exterior, en distribución social de los ingresos y hay que hacerlas, la gente las tiene que conocer. Una alternativa al modelo neoliberal es una alternativa que el pueblo conoce e incorpora como propia.

MP: ¿Cuál debe ser el rol del presidente del FA en cuanto a la articulación con el legislativo y las intendencias?

FP: Tiene que articular con el Parlamento, con los intendentes, con los ediles, alcaldes, nuestros representantes en el gobierno (vocales o veedores), con los militantes de base de todo el país y con los sectores. Si estas coordinaciones, que son muchas, pero hay que hacerlas, funcionan adecuadamente este gigante que ya despertó empieza a transformar. Esta es una máquina que en dos años logró hacer su duelo, logró hacer su autocrítica y juntó 400.000 firmas para derogar la LUC. En el medio de esa autocrítica salían con frío, con calor, lluvia a juntar las firmas. Es decir que ese gigante logró en dos años pararse y de vuelta estar en el escenario político nacional, con fortaleza, reflexión, pienso y luego actuando para cambiar la realidad nacional que ha sido muy hostil en este tiempo para los uruguayos. Todos los uruguayos saben que, por ejemplo, subieron las tarifas por más que les dijeron que no, y que si no suben más es porque hay 800.000 firmas contra la LUC. Prometieron que no iba a haber transferencia a las empresas públicas al gobierno central y acaban de pedirle a la UTE que transfiera el triple casi de lo que transfería: de 62 millones a 178. Todas estas cosas la gente las piensa revisar. Ofrecen una reforma de la previsión social que va a suponer aumento de la edad jubilatoria y reemplazos menores a los que hay hoy, o sea peor calidad de vida para los futuros jubilados. Esto la gente lo percibe y cuando lo percibe busca una alternativa. Tenemos que estar parados como alternativa seria, responsable, que no utiliza ni el adjetivo, ni el agravio, ni el insulto para convencer, sino fundamentos, ideas, propuestas, proyectos, entendibles para todo el mundo.

Foto: Carlos Lebrato

MP: La campaña ha sido de unidad, pero lógicamente hay diferencias entre los candidatos. ¿Qué ventajas tiene sobre sus competidores?

FP: Parto de la base de que el motivo que me llevó a aceptar la candidatura es que un grupo muy importante de sectores, y de bases, de Montevideo, Canelones y el interior, pensaron que mi nombre era de consenso para dirigir el FA. Eso te da la posibilidad de constituirte en el presidente de todo el FA, con coordinación con los grupos, con las bases. Pero este gran acuerdo me llevó a pensar que se puede conducir el FA pensando 30 años para adelante, y ese FA requiere de todos los compañeros. Las diferencias que puedo tener con Gonzalo e Ivonne son infinitamente pequeñas a las que tengo con el modelo que se está aplicando hoy en materia de política económica, social y de distribución. Entonces, son matices y la gente va a terminar laudando por quién cree que es el mejor candidato en este momento para presidir el FA, pero no porque nuestras distancias sean enormes, porque nos une ni más ni menos que el FA. No he visto en esta campaña ningún codazo, hemos hecho varios actos conjuntos, he visto que el FA recobra la fraternidad, la unidad, el abrazo con el compañero y la forma de mirar al otro con cariño. Ese Frente que enamora es un Frente que da amor. “Si no hay amor que no haya nada” dice el Indio Solari y esa frase a mí me identifica mucho. No es solo una canción, es una forma de vivir. Las cosas cambian si hay amor para ese cambio y muchas veces esos amores se construyen en la práctica cotidiana, eso me lo ha dado el movimiento sindical desde que me conozco. Si viviera siete vidas no le podría devolver al movimiento sindical lo que me ha dado.

MP: ¿Cómo se hace para unificar el discurso, tomar la iniciativa y evitar que se entre en “adjetivar” desde el FA al gobierno?

FP: El FA ha tenido en este tiempo una actitud muy seria de oposición, en el Uruguay se han respetado todas las decisiones sanitarias del gobierno. No se ha convocado desde el FA ninguna movilización popular en contra de alguna política sanitaria, aún no compartiéndolas como en el momento de más casos de covid. En otras partes del mundo se ven movilizaciones de todo tipo, incluso en momentos con más casos de covid comprometiendo la salud. La responsabilidad del FA es innegable, luego hay que encontrar los canales para debatir. Eso no significa no cruzar ideas, cruzar ideas vamos a hacerlo todo el tiempo. Defendernos nos vamos a defender con firmeza, pero no hay que confundir sensibilidad y amor con el compañero con falta de firmeza. No hay en el mundo personas más firmes que aquellos que aman, que transforman, que se animan a cambiarse y transformarse. Yo estoy en un proceso de deconstrucción masculina, mi masculinidad era horrible y cambiarla supone una metamorfosis. Me cambian los pibes que viven conmigo, mis hijos y los de mi compañera, me van cambiando a medida que te colocan temas de agenda que son profundos, entre ellos el feminismo. Ese FA que transforma y ama tiene que ser un FA que tolera, que le habla al uruguayo de igual a igual y que entiende las dificultades de los uruguayos. Sean del medio agropecuario, de la ciudad, vivan donde vivan hay que tratar de entenderlos. De lo contrario se desconecta con la sociedad. Entonces, esa creencia de que las personas que defendemos la fraternidad somos personas débiles es una creencia sumamente equivocada. Personas débiles son aquellas que no se animan a cambiar.

Foto: Carlos Lebrato

MP: ¿Cree que será igual a cuando era presidente del PIT-CNT su relacionamiento con el presidente Luis Lacalle Pou?

FP: Parto de la base de que sí. Ninguna diferencia política va a evitar el diálogo entre el presidente de la república y el presidente de la principal fuerza política del Uruguay. Porque es necesario, porque algunas políticas son de Estado, porque el Uruguay no necesita una grieta, el Uruguay necesita tener un país unificado. Uruguay hoy no tiene una grieta, hoy todos los dirigentes políticos vamos a la calle, alguien nos puede decir algo, pero todos hablamos con todos. Ese país donde todos hablamos con todos hay que mantenerlo. Hay algunas personas en la política que hacen todo lo posible para que esto no se mantenga, pero hay que tratar de que sean una minoría absolutamente insignificante.

MP: ¿Cómo analiza la campaña hacia el referéndum y las distintas situaciones que se dieron sobre spot de un lado y el otro?

FP: Hay un horizonte claro en el referéndum, toda mi campaña, y la de mis compañeros, ha estado en parte referida al referéndum. En cierta medida, colocar argumentos para derogar la LUC y construir una nueva mayoría implica tener esta tolerancia, y este nivel de amplitud que hay que tener para hablar con otros. Para ir a escuchar la verdad y la posición de otros, y para dar la nuestra. Esto debe hacerse siempre desde el lugar de la modestia, de la real modestia, no de la falsa. Yo entiendo que a veces en las campañas publicitarias de quienes tienen que defender la LUC vayan por el lado de “mienten, mienten, mienten” y nosotros tengamos que creer que eso no es parte de un bloop publicitario y sino de las casualidades, pero no hay duda de que es parte de un bloop publicitario que tiene enormes carencias. Los que te invitan a no mentir te dicen que, si se deroga la LUC volvés a la Unión Soviética, que no vas a poder salir a la calle, que va a haber miles de liberados presos e incluso algunos con delitos graves, cuando nada de esto es real. Tal vez un debate de ideas temático y un debate general le haga bien al país, y si esto lo entiende el gobierno como de recibo el movimiento popular está en condiciones de debatir con el gobierno. En caso de que no, hay que debatir con la gente porque las elecciones se ganan si se convence a la gente de que la ley es de mala calidad. La gente no va a laudar apoyar al gobierno o quitarle apoyo, la gente va a laudar sobre una ley que es de muy mala calidad para la educación pública, la seguridad, las empresas públicas, los derechos laborales de los trabajadores. Es una ley muy dañina con la inclusión financiera. Si todas estas cosas son dañinas la gente va a votar en defensa propia, no por su partido. No todos los que voten la derogación de esta ley seguro van a votar al FA, muchos no van a siquiera cambiar de partido como pasó en 1992 con el referéndum de las empresas públicas. La ley se derogó con 72% y en la elección siguiente, en el año 1994, (Julio María) Sanguinetti le ganó a (Alberto) Volonté por 23.000 votos. Si uno hubiera leído como que hay una transferencia directa el Partido Nacional no tendría que haber tenido ninguna chance de llegar al gobierno, y estuvo a nada de llegar.

Foto: Carlos Lebrato

MP: También hubo un spot de la Comisión por el Sí con el que usted fue crítico en el programa Santo y Seña de Canal 4.

FP: Más que una crítica es que, si yo tengo que explicar el spot es que el spot no me está ayudando. No es una crítica al fondo del asunto, porque en verdad a la educación pública se la deteriora. Se eliminaron los Consejos de Educación Inicial y Primaria, Secundaria y UTU, se quitaron los representantes, el Sistema Nacional de Educación Pública pasó a ser Sistema Nacional de Educación y le quitan ni más ni menos que la palabra pública. Hay un deterioro, lo que algunos compañeros le llaman “privatización endógena”, es decir, la debilitan desde adentro y finalmente hay transferencia de recursos de la educación pública a la privada. Pero si yo para explicar ese spot tengo que decir todo esto, finalmente no es la privatización común, que es la venta de un activo, sino un deterioro de la educación pública. Nuestra comunicación tiene que ser pensada de forma tal que contribuya a los militantes a poder explicar, no tener que explicar el spot.

MP: ¿El rol del FA y los movimientos sociales ha sido explicar la LUC por falta de información?

FP: Sin dudas, y lo va a seguir haciendo. Después de aprobada la LUC, de recolectadas 800.000 firmas, el gobierno llama a hacer un taller sobre la LUC. ¿No lo tendría que haber hecho cuando presentó la LUC? ¿No lo tendría que haber hecho cuando un movimiento ciudadano empezó una recolección de firmas? Y al mismo tiempo te dicen que la ley es popular, ¿y cómo hacen para que una ley popular no la conozca nadie? 70% de los uruguayos dicen no conocerla, ¿y cómo hacen para que sea popular? Popular es algo que conoce todo el mundo, Peñarol, Nacional, Goes, Aguada, los clubes del interior, los partidos políticos uruguayos. Esos son populares, todo el mundo sabe de su existencia, de esta ley nadie sabe nada, entonces no puede ser popular. Y desde nuestro punto de vista es injusta. Este es el debate real, entre los que creemos que tiene que haber un Estado protector de los más débiles, que garantice servicios públicos de calidad, educación, salud y vivienda, y los que creen que tiene que haber un Estado mínimo y que el mercado juegue el papel de regulador de la distribución. Cuando el mercado regula lo hace concentrando riqueza, como lo ha hecho en este año y medio, dejando al costado del camino a 100.000 uruguayos por debajo de la línea de pobreza.