La tipificación de femicidio, figura penal se aplicará cuando se cometan homicidios por "odio, desprecio o menosprecio" a una mujer, fue discutida tanto por políticos como especialistas legales.

Si bien la ley que lo tipificada fue aprobada con todos los votos del Senado y una reciente encuesta de Opción reveló que un 65 % de los uruguayos está de acuerdo con esta decisión, algunos abogados y catedráticos se mostraron escépticos de que el cambio en la normativa vaya a modificar en algo la situación de violencia hacia las mujeres.

Semanas atrás, el abogado Hoenir Sarthou dijo que si bien en Uruguay hay machismo, es falso que las mujeres sean asesinadas por ser mujeres, ya que el vínculo problemático es el de la pareja. "No podemos empezar a crear penas diferenciales en función de las categorías de las personas", dijo.

De la misma opinión fue Juan Fagúndez, que dijera a El País que "el que mata no lee el Código Penal antes para ver si su acción es un ‘homicidio' común o uno ‘especialmente agravado'", y que la prevención del femicidio "es una tarea social, no judicial".

A estas voces se suma la del director del Instituto de Derecho Penal y Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, Germán Aller, que se expresó al respecto en una sesión de la Comisión de Constitución, Códigos, Legislación General y Administración, que estudia el proyecto.

Según informó la diaria, Aller señaló que la tipificación de femicidio es "derecho penal simbólico" y dijo "detestar" este tipo de derecho porque es "completamente fatuo" y busca "una disposición de marketing, para quedar bien con la galería o la hinchada".

Según el especialista, es un "derecho penal de enemigos, visto de la perspectiva de determinado género, o de amigos, visto desde la perspectiva del otro género". "No podemos legislar para los amigos, contra los enemigos", dijo, según recogió el matutino en base a la versión taquigráfica de la sesión.

A Aller le llama la atención que la academia "prácticamente al cien por ciento diga exactamente lo contrario que el Senado", lo que evidencia "problemas de comunicación".

Al igual que algunos de sus colegas, señaló que las disposiciones de la ley ya están previstas en el Código Penal, que establece agravantes por el abuso de fuerza o cuando el crimen es cometido por una persona con una relación de intimidad o afectividad con la víctima.

Criticó las alusiones al "odio" en el proyecto (el individuo puede llegar a matar sin menospreciar u odiar, dijo) y a la discriminación "por la orientación sexual", agregando que se trata de una ley "discriminatoria" para "los varones".

En la misma sesión participó también Mario Spangenberg, del Departamento de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, que dijo sin embargo que la protección de la vida de la mujer "tiene su propia especificidad", porque los atentados que se producen contra su vida son a menudo "producto de una desigualdad social estructural, es decir, el resultado de una violencia de género".

Le pareció más atinado incluir al proyecto el concepto de "sentimiento de posesión o propiedad de la mujer", y que calificó de una referencia "absolutamente expresiva" y "muy indicativa" del tema.

Agregó que para lograr la igualdad para todos los habitantes, es preciso "adoptar determinadas medidas que intenten ayudar a quienes se encuentren en una situación de menos privilegio o en una situación con mayores problemas".