Estoy esperando las condenas de la comunidad internacional , las manifestaciones airadas con carteles preocupados y los gritos pidiendo justicia. Los comunicados de cancillerías extranjeras manifestando preocupación …por la escalada terrorista contra Israel.  Suelen hacerlo cuando hay muertos palestinos – y nada me alegra si hay por error muertos civiles no involucrados, pero esas son las excepciones, no la norma – pues tienen que hacerlo también cuando Israel es objeto de un ataque en múltiples frentes.

Estoy esperando que alguien diga algo por las dos jovencitas en sus años 20, hermanas, asesinadas a balazos este viernes en el coche en el que viajaban en el valle del Jordán, mientras su madre, de menos de 50, que manejaba, resultaba herida de extrema gravedad. El padre de la familia, que iba en un coche separado con otros dos de sus hijos, oyó del atentado en la radio, al ver que el coche de su esposa y sus hijas ya no estaba detrás suyo, dio media vuelta y al llegar al escenario del horror, recibió la terrible noticia.  La familia se encaminaba a un paseo en estos días libres de Pesaj, la Pascua judía, y todo terminó en una tragedia indescriptible.

Estoy esperando que alguien diga algo por los 34 cohetes disparados por Hamas desde territorio libanés hacia la Galilea israelí, el mayor ataque desde el 2006 originado en el vecino norte de Israel. Un vecino cuyo primer ministro interino Mikati condenó el disparo porque teme que Israel lance represalias contra el territorio de su país, pero su condena nada vale si él y todos sus antecesores permitieron que la organización terrorista proiraní Hizbala haga del territorio libanés una base de atentados y preparativos de guerra contra Israel. Y está claro que aún si fueron terroristas de Hamas instalados en Líbano quienes dispararon los cohetes-como confirmó Israel- nada habrían podido hacer sin el visto bueno o quizás hasta aliento de Hizbala, brazo de Irán en Líbano.

Estoy esperando que alguien condene el disparo de 16 cohetes desde Gaza hacia comunidades civiles israelíes aledañas a la frontera, entre el miércoles de noche y el jueves de tarde. Y sobre la lluvia de cohetes que dispararon nuevamente hacia el sur de Israel, incluyendo la ciudad de Sderot.

Estoy esperando que alguien reconozca que cuando no hay disparos de cohetes de esa índole, pues Israel no ataca. Que alguien entienda que la forma correcta de plantear la noticia no es “Israel atacó….”  sino “Israel respondió a los cohetes atacando….” . Claro que atacó y bombardeó, pero porque fue atacado primero. Y no es que haya aquí un juego de niños de quién empezó sino porque todo país normal tiene derecho a defenderse.

Y que todos reconozcan que mientras Israel ataca blancos militares, los terroristas atacan a civiles. Claro que si pueden, también a guardias y soldados, pero se ensañan con los civiles, hombres, mujeres y niños.

Y estoy esperando que alguien en la comunidad internacional ponga los puntos sobre las íes respecto a los sucesos en la mezquita de Al Aksa. Y realmente no me refiero  a que alguien elogie la irrupción violenta de la policía israelí a la mezquita en la noche entre miércoles y viernes. Pero sí que alguien entienda que el problema comenzó con los extremistas palestinos que incitados por Hamas se atrincheraron en la mezquita y rehusaron salir al terminar las plegarias, porque habían acumulado allí rocas y petardos, entre otras cosas, para atacar a los efectivos que montaban guardia afuera y a los judíos y turistas cristianos que a la mañana siguiente iban a subir de visita al monte sagrado, como es costumbre. Fue a esos extremistas que la policía entró a sacar, sabiendo que lo que ellos hacían también alteraba el rezo de los fieles musulmanes devotos que van a Al Aksa para orar a Alá, no para desecrar su propio santuario con tal de complicar a Israel.

Y sería bueno que todos comprendan el problema de fondo, que tan bien resumió un orador no identificado hace aproximadamente un mes en el funeral de un terrorista palestino que fue eliminado tras embestir con su propio coche un patrullero policial israelí. En una declaración reproducida por la televisión palestina, el individuo dijo: “Amamos la muerte como nuestros enemigos aman la vida”. También elogió a las madres palestinas que celebran cuando sus hijos mueren como “mártires”. Eso, en la terminología terrorista, significa morir matando.