Según el estudio desarrollado por G DATA en octubre de 2015, más del 80 % de los smartphones y tabletas Android funcionan con una versión que no es la última disponible.
La principal razón de este hecho se encuentra en desfasaje que se produce entre que Google ofrece su actualización y el momento en que es liberada por los operadores móviles, así como la disponibilidad y compatibilidad de las actualizaciones para dispositivos antiguos.
Así, muchos pueden tener la actualización disponible y ni siquiera saberlo, porque el dispositivo no recuerda que existe una nueva versión del sistema, según recoge Portaltic.
Este desfasaje puede producir, entre otras cosas, que el dispositivo continúe siendo vulnerable a las amenazas informáticas para las que ya se había encontrado respuestas, pero que solo están disponibles en las nuevas versiones.