"Y parece que el viejo pensativo,
al extender con majestad la mano,
arroja al infinito la semilla
que en el surco del cielo son los astros".
Tiempo de siembra, Víctor Hugo.
Tiempo de siembra, de Víctor Hugo, habla de sembrar. De labrar la tierra con esperanza en la cosecha. De aportar algo que se considera valioso para las generaciones venideras. Lejos del "torremarfilismo" de la modernidad, término despectivo que hacía referencia a aquellos artistas que, encerrados en su "torre de marfil", se perdían en sus ideas sin contribuir al pensamiento de la comunidad, el romántico francés destacaba la ardua pero necesaria tarea del poeta de sembrar preguntas. De hacer pensar. De no abandonar al prójimo.
El Cuarteto de Nos intentó sembrar su visión sobre numerosos temas que apelan a nuestra sociedad. A veces aclamados, pero también cuestionados, este grupo emblemático sintió necesario poner temas que no solían estar en la mesa en unos años 90, y menos a 20 años de una dictadura militar.
Su mundo se compone de números y letras. La formación en la ingeniería y la pasión por el arte le permitieron a Roberto Musso experimentar. Combinación inusual, resultado inusual.
La voz de El Cuarteto de Nos fue un primer golpe de cañón para varios que vendrían después. Inspiró a la juventud. Artistas y fanáticos. Presentaron un discurso que no solía sonar en la radio de aquel entonces. Hoy lo siguen haciendo, con sus lanzamientos "El perro de Alcibíades" o "Cara de nada", pero con una perspectiva de 40 años caminados y preconceptos deconstruidos.
Con una mirada víctima de la maduración pero con nostalgia de sus comienzos, se presentan este 2 y 3 de noviembre en el Antel Arena. Las entradas pueden adquirirse aquí.
Tras 40 años de carrera musical, ¿cómo ves la evolución de Roberto Musso como artista?
La pregunta tiene un montón de ángulos. Está buenísima porque me ha pasado, tanto a mí como a todos los miembros del Cuarteto, que ha habido una evolución te diría que performática como músicos, de ir adaptándonos a todo lo que ha sido el cambio del consumo de la música, desde que empezamos allá a fines de los 80 hasta ahora. Tocando el 95% de los shows fuera de Uruguay, y cada vez más multitudinarios, festivales grandes y shows nuestros también, eso hace que te tengas que seguir perfeccionando en todo aspecto.
Obviamente si me empezás a comparar con el Roberto de cuando empezamos con el Cuarteto hasta ahora, pegó una evolución en un montón de aspectos. También en la parte compositiva o creativa, que es otra pata importante del Cuarteto y de Roberto. También de estar aggiornado con lo que está pasando, ir viendo de qué temas hablar en las canciones, que también conecten mucho con la realidad actual y todo eso nos parece un punto de vista interesante. A mí me motivan y me incentivan distintas cosas que hace unos años para componer, lo cual también te da mucha más amplitud en ese aspecto.
Estudiaste ingeniería y ejerciste muchos años. ¿Cómo conviven dos mundos aparentemente tan diversos (lógica y creatividad) en una misma cabeza, y en consecuencia, en una misma carrera?
Yo siempre digo que quiebro una lanza por el ingeniero, que es siempre tildado de persona estructurada, cuadrada, de insensible, pero eso es una fachada para afuera. Somos gente demasiado sensible muchas veces. Y yo te digo que por más que obviamente parecen al principio muy disímiles, y que no tienen un punto de encuentro en el universo, para mí por lo menos la pasión por la música y por las matemáticas siempre fue muy parecida.
Para el que se sumerge en el mundo de los números, resulta ser el mismo escape de la realidad que para el que se sumerge en el mundo de las letras, esa es una teoría que tengo. A mí siempre me gustó Borges; los cuentos sobre todo de su formación matemática me fascinan, entonces yo no veo tanta dicotomía entre las dos cuestiones. Ahora hace un montón de años que no ejerzo porque el Cuarteto me absorbió totalmente todo el tiempo real de mi vida hace un montón, pero te digo que la canción de la computadora, el "Contrapunto para humano y computadora", yo hacía tiempo que quería una canción en la cual colidaran mis dos universos, y cuando le encontré la vuelta a esa canción me pareció genial.
Pasa algo súper interesante, en lo que yo no te miento. Nosotros hacemos Meet & Greet con el Cuarteto, generalmente en todos los shows de Latinoamérica. Viene un montón de gente y sobre todo muchos chicos jóvenes, que pagan un poco más la entrada para sacarse la foto. Pero nosotros lo hemos humanizado bastante más, y lo acotamos a menos gente para poder charlar un rato con ellos. Te juro que la experiencia es increíble. Es más, hemos pedido para hacerlo antes de los shows, porque te genera una adrenalina impresionante por las historias de los pibes, que te cuentan cómo conocieron al Cuarteto, cómo los sacó de una depresión, cómo nos presentaron a un amigo que estaba mal, te eriza la piel. Y todo esto te lo decía porque hay un montón de chicos que me dicen: "Yo seguí ingeniería por vos". Muchos casos.
Lámina Once: ¿Cómo lo describirías en comparación a otras obras? ¿Marca una etapa?
Lámina Once lo que tuvo de particular fue ser creado y grabado en plena pandemia. Yo creo que eso lo marcó a fuego a nivel discográfico, y después a nivel social de lo que pasó. Las canciones de Lámina Once y las de Jueves también, porque Jueves no lo habíamos podido tocar tanto, recién lo estábamos presentando cuando salió la pandemia. Entonces yo los veo como dos discos en uno, porque en muchos lugares terminamos presentando los dos discos en un solo show, por ejemplo.
Están muy hermanados en ese aspecto; conectaron con una generación nueva, sobre todo de Latinoamérica, que fue muy fuerte. Y esa temática que recorre Lámina Once de canciones sobre la soledad, el encierro, del tema de la búsqueda de culpable, de la polarización de todo, sonó como muy contemporáneo, y me da la sensación de que mucho chico estaba encerrado sin ir al colegio en la computadora, y descubrió que estos tipos hablaban más o menos de lo que le estaba pasando.
Lanzaron dos canciones nuevas hace una semana: "El perro de Alcibíades" habla sobre el entretenimiento y la distracción de los públicos, para que no piensen en temas más importantes. ¿Viste una necesidad del presente de tratar el tema?
El nombre tampoco es caprichoso. En realidad hace referencia a una leyenda de un gobernador político de Atenas del siglo V a. C. que se llamaba Alcibíades, y que tenía un perro que le había costado mucha plata y era muy llamativo. Este Alcibíades parece que estando ahí de gobernador de Atenas, se le recriminaban temas de corrupción y de manejo de dinero que tenía, entonces se le ocurrió cortarle la cola al perro para que la gente empezara a hablar de eso, y no de los temas de los que lo acusaban.
Esa fue un poco la chispa de la canción, por eso es que habla de la cortina de humo y de cómo sigue habiendo Alcibíades y sus perros respectivos para desviar la atención, que es un poco de lo que habla la canción. Y que saliera "Cara de nada" como contraparte, tiene que ver porque me parece que "Cara de nada" es justamente el personaje ese que está viendo de afuera la sucesión de perros de Alcibíades. Y ya quemado con todo lo que pasa, su única respuesta a ese mundo es estar mirando con cara de nada mientras adentro está explotando.
Por eso es que dice que su único bastión es su mente, lo que está pensando, y que nunca se van a poder apoderar de eso. Esa es un poco la idea. A muchos fans les encanta ese metaverso que tiene el Cuarteto con sus auto referencias y todo, que justo en la canción de "El perro de Alcibíades" está presente. Habla de la cortina de humo para distraer, y del "miren para allá", y nosotros dijimos que íbamos a sacar esa canción, pero en realidad la canción en sí misma funcionó como una cortina de humo porque venía "Cara de nada" atrás, y eso les fascinó.
¿Hay una crítica a los medios en estas canciones?
No sé si a los medios o en general, me da la impresión de que es sobre todo lo que pasa, con y sin los medios. Es como "Maldito show", en Lámina Once, que habla también de estar ahí con un poco de ironía. También tiene eso de la parafernalia, de cómo nos envuelven en todas las cuestiones para estar participando, como dice la canción, "participar de este maldito show y estar condenados a participar de todo", como se ha hecho con el espectáculo. Pero no específicamente de los medios. Sí, también, pero no específicamente. Lo veo como algo más universal, por eso las dos canciones son como un espejo. La estética de los videoclips es la misma, y pueden convivir perfectamente.