El escritor japonés Haruki Murakami, autor de novelas icónicas como Tokio Blues y eterno candidato al Nobel, sorprendió recientemente al compartir los pilares de su vida creativa: disciplina, ejercicio y repetición. A sus 76 años, Murakami sostiene que la clave para escribir bien no está en leer más o estudiar técnicas narrativas, sino en mantener un cuerpo fuerte que sostenga la mente.
“Me levanto a las cuatro de la mañana, escribo entre cinco y seis horas, corro o nado durante una hora, y me acuesto a las nueve de la noche”, explicó en una entrevista con The Paris Review. La rutina, llevada al extremo, no es para todos, pero él asegura que ha sido su método de supervivencia en el oficio.
Del jazz al maratón
Antes de dedicarse por completo a la escritura, Murakami regentaba un club de jazz en Tokio. Su estilo de vida era nocturno y desordenado, hasta que al publicar su primera novela descubrió que necesitaba resistencia para enfrentar largas jornadas de concentración. Desde entonces, corre o nada casi a diario, una disciplina que narra con detalle en su ensayo De qué hablo cuando hablo de correr.
“Cuando el cuerpo pierde fuerza, también lo hace la mente. Y si la mente se debilita, no puedes escribir”, sostiene. Apoyado por estudios científicos que vinculan el ejercicio con la generación de neuronas en el hipocampo, Murakami refuerza la idea de que la salud física es una condición para la salud mental.
Constancia antes que talento
En su ensayo De qué hablo cuando hablo de escribir, Murakami es contundente: “El talento es solo una gota en el océano del trabajo duro”. Más que la inspiración o el genio, el japonés cree que el verdadero secreto del éxito literario está en la constancia. La repetición diaria, explica, genera una especie de trance creativo que permite profundizar en la escritura.
“La repetición en sí se convierte en lo importante; es una forma de hipnosis”, afirma. Y para mantener esa rutina, se necesita fuerza física. Para él, escribir novelas es un entrenamiento de resistencia, no un ejercicio de genialidad espontánea.