La exuberante rubia, de 46 años de edad y residente en West Virginia, EE. UU., dice que sus hijos consideran vergonzosos los enormes senos de su madre, por lo que se han opuesto a sus sucesivas cirugías, por considerarlas además perniciosas para su salud.

Sin embargo, Lacey dice que hace lo que hace por el bien de su familia. "Si me pongo los implantes triple M, me convertiré en una de las cinco modelos con los pechos más grandes en todo el mundo". Lacey entiende que esta distinción podría abrirle las puertas de la fama, y permitirle acceder al lucrativo mundo de las revistas masculinas. "Va a aumentar considerablemente mi fama y mi poder adquisitivo", señala en declaraciones recogidas por The Sun.

Pese a la oposición de su familia, Lacey quiere seguir adelante: "Quiero aprovechar al máximo esta oportunidad para dar a mis hijos un buen estilo de vida, mirar por ellos y pagarles una educación universitaria, para que tengan las oportunidades que yo no tuve".

Sin embargo, su cirujano plástico, Alberto Gallerani, no comparte esas buenas intenciones. Ya en 2012 advertía que su paciente se había agregado volumen en forma más que suficiente. "La piel alrededor de sus pechos ya es extremadamente delgada, sería demasiado peligroso para ella someterse a más cirugías".

Pese a ello, desde entonces a la fecha se ha realizado siete nuevos agregados.