Esta semana, un hombre de 82 años residente en Cala Saona, localidad costera de la isla de Formentera, fue condenado a 15 meses de prisión por reiterados delitos de allanamiento de morada.

Sin embargo, mediante un acuerdo entre partes, se resolvió que el damnificado pague una indemnización de 2.500 euros a cada una de las tres demandantes y no ingrese a prisión.

La situación comenzó en setiembre de 2023, cuando tres mujeres jóvenes que compartían apartamento comenzaron a sospechar que alguien entraba al lugar cuando ellas no estaban. Sin embargo, como jamás faltaba nada, supusieron en principio que se trataba de una percepción equivocada. No obstante, la suma de indicios hizo que se decidieran a instalar una cámara, y las imágenes mostraron escenas insólitas.

Al revisar las grabaciones, vieron cómo su vecino de 82 años entraba al apartamento, revolvía el canasto de la ropa sucia y olía las bombachas de las tres. El octogenario vive en el mismo piso que las denunciantes y es esposo de la dueña del apartamento que ellas alquilan.

Según informara Diario de Mallorca, el octogenario compareció de forma telemática ante la Audiencia Provincial, y reconoció los hechos. Así, y con base en la evidencia aportada por las cámaras, quedó probado que entre el 14 y el 16 de enero de 2024, el sujeto entró a la casa de sus vecinas para llevar a cabo una conducta fetichista conocida como olfactofilia.

El caso recuerda a uno ocurrido el año pasado en nuestro país, concretamente en la ciudad Salto. Allí, un sujeto que fue apodado como “el robatangas” sustraía prendas íntimas femeninas en tendederos y las acumulaba en su domicilio.