Cuando vi la película enseguida reconocí un rostro, el de Carmelo. A menudo, cuando tomo el ómnibus rumbo a la capital, él sube a cantar algún tema de Zitarrosa o interpretar una pieza teatral independiente, solo o acompañado. Tiene el rostro arrugado y triste. Pero siempre sonríe.

Carmelo, al igual que el resto de personas que aparecen en este documental, tiene una vida lineal y puede que frustrante, pero encontró en Ateneos ese espacio necesario para dejar ir la tristeza, al menos por un par de horas, para dar paso a la creación.

Eso y más pudo ver Guzmán García, director de Mirando al cielo. Como documentalista, se acerca con sensibilidad en esta producción a temas crudos como el abandono, el fracaso amoroso, la soledad, el maltrato o la pérdida de un ser querido.

Y poco a poco, él mismo también se descubre y empatiza con el que tiene enfrente. No puede elegir el clímax de sus películas, pero sí acariciar la sensación de que valió la pena. Porque el poder hacer arte, en sí mismo, es un regalo que vale la pena disfrutar.

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¿Cómo fue el proceso para desarrollar este documental?

Esta película la proyecté hace ya un tiempo, como en 2012 o 2013. Empezó a ser una idea, como un "presentimiento", la sensación de querer hacer algo con teatro. No porque me guste el teatro, porque no me gusta. Pero sí había visto alguna cosa de teatro comunitario y me interesaba cómo la gente se expresaba con el cuerpo además de con la palabra.

A mí me pasó, y capaz a varios que vean la película les va a pasar, uno de los señores que participan sube siempre a los ómnibus que me tomo para venir desde la Ciudad de la Costa a Montevideo...

¡Ah, sí, Carmelo!

Exacto. Y pensé: "¿Quién imaginaría desde su asiento de un 214, que este señor que sube a cantar un tema o hacer un stand up tiene la vida rota por una desgracia?". ¿Qué aprendiste escuchando esta y más historias?

Es interesante eso que decís, cómo todo el mundo tiene una historia atrás y uno cuando lo ve por la calle es una cara nomás. Una cosa que un poco he ido aprendiendo en la vida es que, uno a veces piensa que es uno solo el que tiene una historia y dificultades, pero en realidad todo el mundo carga con lo suyo.

Los protagonistas tienen su rutina, su trabajo, y se dan la posibilidad de ir al Ateneo para acceder a través del teatro a su parte creativa; como forma de seguir creciendo y sanar heridas. ¿Qué te aporta a vos el arte?

El arte me da la satisfacción de la creación. Hay cierto placer estético que uno tiene cuando ve una obra, y también hay algo de eso al crear. A veces uno se emociona cuando está haciendo algo que después se pierde porque no puede seguir trabajando en eso y no se puede mantener. Pero hay ciertos momentos que son bastante emocionantes. Es muy gratificante poder "hacer".

¿La realidad supera la ficción?

En algunas ocasiones sí, y muchas veces están emparentadas. Son difíciles de distinguir, tienen una línea difusa que las separa.

¿Qué te atrae de hacer documentales?

Una es la posibilidad de hacerlos, porque la ficción es muy cara y lleva muchísimo tiempo. En cambio, para hacer documentales con cierta cantidad de esfuerzo y dinero se pueden hacer. Y, por otro lado, al saber que eso que se está viendo en pantalla es real, tiene otra potencia. Si bien uno no tiene tanto control de las situaciones explosivas como pasa en la ficción, tiene a favor ese plus de la sensación de realidad.

Mirando al cielo se estrena el 6 de abril, en la Sala B del Auditorio Nelly Goitiño del Sodre.

Montevideo Portal | Lorena Zeballos
lorena.zeballos@montevideo.com.uy