Allister Collins, uno de los propietarios del establecimiento, admitió en declaraciones a Kent Online que conocía "desde siempre" historias que narraban episodios extraños ocurridos en su comercio, y que sugerían que el lugar estaba embrujado.

En los últimos tiempos los trabajadores del lugar reportaron todo tipo de situaciones fantasmagóricas: vasos que caen al suelo, portazos, piezas de mobiliario que se mueven, luces que se encienden o se apagan, y todo sin aparente explicación. DE acuerdo con la crónica, la frecuencia de estos fenómenos ha hecho que tanto los parroquianos habituales como el personal experimentaran "un poquito" de miedo.

En el video a continuación, Collins dice haber recopilado los hechos inexplicables registrados por las cámaras durante dos meses, entre el 4 de agosto y el 10 de octubre.