El domingo pasado la cantante amenazó con quitarse la vida con la ingesta de dos botellas de calmantes, ante la posibilidad de perder la custodia de sus hijos, informó el periódico News of the World.

Britney, con dos tarros de Tylenol en la mano, gritó: "Voy a hacer esto, es el fin. Estoy harta de todo este puto circo". Una amiga, que estaba cerca, logró finalmente tranquilizarla.

Ahora, en la clínica es vigilada cuidadosamente por miedo a un intento de suicidio. Cuando se decidió a internarse por segunda vez, las autoridades la registraron cuidadosamente porque sospechaban que llevaba escondida un paquete con cocaína.

Lo que encontraron, sin embargo, fue una lista escrita por Britney en la que había anotado gente a la que la cantante le desea la muerte. En ella esta incluido su ex esposo Kevin Federline y también una selección de paparazzi estadounidenses.

El personal de la clínica, según la publicación, debió desnudarla y registrarla para cerciorarse que no llevara drogas.

Tras atacar un auto con un paraguas, a la puerta de la casa de Kevin Federline, lo llamó por teléfono y le ofreció 150 mil dólares para que abandone el litigio por la custodia de los niños.

Su paranoia llegó a tal límite que cada vez que se despierta en la clínica registra todas sus pertenencias en busca de micrófonos.

Según personal de la clínica, tiene arranques paranoicos de tal naturaleza que "es aterradora de ver. El comportamiento es de alguien que ha perdido completamente la cabeza".

El crédito de sus tarjetas fue bloqueado y ahora el staff de la clínica cree que es necesario que Britney pase un tiempo en un establecimiento psiquiátrico de California.