El magnesio es un mineral esencial para el organismo. Participa en más de 300 reacciones bioquímicas vitales: desde la producción de energía celular hasta la regulación del sistema nervioso, pasando por la salud ósea y el ritmo cardíaco. Sin embargo, su déficit es más común de lo que se cree, especialmente en deportistas, personas mayores, embarazadas o quienes consumen ciertos medicamentos.

Entre sus beneficios comprobados, el magnesio mejora la función muscular y nerviosa, ayuda a regular el sueño y reducir el estrés, fortalece los huesos al favorecer la fijación del calcio, estabiliza la presión arterial, mejora la digestión y alivia los síntomas del síndrome premenstrual.

Los signos de carencia pueden incluir fatiga, ansiedad, insomnio, calambres, palpitaciones o migrañas. Ante estos síntomas, la consulta médica es clave para confirmar un déficit y decidir si conviene suplementar.

¿Qué tipo de suplemento elegir?

En todos los casos, la suplementación debe ser guiada por un profesional de la salud. La dosis diaria recomendada varía entre 300 y 400 mg en adultos, aunque una dieta rica en vegetales verdes, legumbres, semillas y cereales integrales puede cubrir buena parte de los requerimientos.