Consumir bebidas que contienen cafeína, como el café y el té, puede hacer que una persona esté despierta más de lo normal; pero un estudio publicado en Science Translational Medicine sugiere que si esas bebidas se consumen por la tarde, el reloj biológico interno también puede cambiar.

La investigación, que estudió a cinco personas que permanecieron en condiciones estrictamente controladas durante 49 días, demostró que las personas que consumieron una dosis de cafeína antes de irse a la cama, lograron retrasar su ritmo metabólico en más de media hora.

Los individuos investigados recibieron -tres horas antes de dormir- una dosis de cafeína equivalente a un expreso doble, una exposición a la luz fuerte o débil, o un placebo. Acto seguido, los investigadores les tomaron muestras de saliva para medir los niveles de melatonina; una hormona que se acumula en el cuerpo en las horas de la oscuridad e indica que es el momento de dormir, según recoge el portal La Información.

Según el estudio, las píldoras de cafeína retrasaban el auge de la melatonina nocturna en aproximadamente 40 minutos; la mitad del cambio provocado por la luz brillante, un estímulo bien conocido por alargar la fase circadiana.

"Ha habido estudios en otras especies como algas y moscas de la fruta, sugiriendo que la cafeína podría afectar el reloj circadiano, pero no se había hecho nada en los humanos", apunta el estudio publicado en Science Translational Medicine.