“Guinness World Records, conocido como Libro Guinness de los récords, es una obra de referencia publicada anualmente que contiene una colección de récords mundiales, tanto en los logros humanos como del mundo natural”. Esa es la primera definición que aparece en internet del Libro Guinness de los récords, al que aspira ingresar un futbolista uruguayo.

Y es que días atrás se hizo viral, en parte gracias a una nota de FútbolUy, la historia de Diego Silva, un delantero uruguayo de 36 años que juega en la Tercera División de Tailandia y que se encuentra en búsqueda de un nuevo club, pero no cualquier club, uno de Oceanía.

Silva hizo una publicación en Instagram pidiendo ayuda a sus seguidores para conseguir un equipo de la OFC (Confederación de Oceanía) para, de esta forma, jugar en los cinco continentes del planeta tierra e igualar el récord Guinness que posee el exarquero alemán Lutz Pfannenstiel, como el único en conseguir eso.

Contactado por FútbolUy, Silva comentó cómo va la búsqueda y qué métodos utiliza para contactar a los clubes: “Estoy buscando contactos y hablando con agentes, estoy esperando si llega la oportunidad. Estoy hablando por todos los medios posibles…mail, Facebook y mandando videos”.

“Unos años atrás no era consciente de este récord, pero un día me hicieron una entrevista y me dijeron que había un futbolista que había jugado en cinco continentes, y que yo estaba a uno”, contó, y recordó: “Esto fue tras o cuatro años atrás. Intenté buscar contactos, pero no se dio. Ahora, hablando con allegados y amigos, dijimos ‘vamos a intentar resurgirlo’”.

En Oceanía “el periodo de pases empieza en los próximos meses, así que hay que esperar”. Además comentó que ya finalizó su participación con el Phitsanulok FC y que ha estado entrenado: “El campeonato terminó en marzo, pero siempre trato de no tomarme vacaciones largas, intentando entrenar para mantener bien mi físico porque se puede dar una oportunidad en cualquier momento; más a esta edad, porque después de los 30, cuesta más”.

Una carrera larga y exótica

Se inició en River Plate de nuestro país y aquí también jugó en Racing, El Tanque Sisley y Central Español, mientras que completó Sudamérica defendiendo a Atenas de Argentina; en Europa vistió la camiseta del Astra Ploiesti de Rumania, AEK Kouklia de Chipre y FC Jurmala de Letonia; en Centroamérica estuvo en Marathón de Honduras, y en África en el Saint-Pierroise de las Islas Reunión.

La mayor parte de su carrera la hizo en Asia, continente al que llegó en 2015 para jugar en el Lanexang United de Laos. Luego hizo historia en Tailandia, jugando para Chainat FC, Ayutthaya United, Angthong FC, Uthai Thani, Lampang FC, See Khwae City, Samut Sakhon City, Samut Sakhon y, finalmente, Phitsanulok.

“Jugué dos años en River y ahí me salió una oportunidad de ir a Rumania, pero me tuve que volver por problemas financieros del club. A partir de ahí fue saltando de equipo en equipo, con la idea de estar mucho tiempo, pero por distintas circunstancias, ya sean problemas económicos o que no me sentía a gusto, no pude estar periodos extensos. Así se fue dando mi carrera, con subidas y bajadas, hasta que llegué a Asia y me pude instalar por varios años”, destacó de sus comienzos en el fútbol.

“Mis mejores experiencias fueron fuera de Uruguay, por lo que sentí que no tenía que volver. Si bien al principio de mi carrera siempre salí a jugar seis meses o un año y volvía a Uruguay otros seis meses. Después de unos años me di cuenta de que tenía las condiciones y que me sentía más a gusto jugando afuera”, indicó.

Lugares paradisíacos

Su llegada a un fútbol más exótico fue tan inesperada como recordada: “Estaba jugando en Letonia, se me terminaba el contrato y tenía pasajes para volver a Uruguay, pero un agente alemán me dijo de la posibilidad de ir a jugar a Laos. Yo no tenía idea del fútbol asiático, y menos de ese país, pero al no querer volver a Uruguay, me la jugué y fui.

Apuntó que jugar en Laos “fue una experiencia maravillosa”. “Estuvo dos años, hice muchos goles y eso me abrió las puertas para venir a Tailandia, que es un mercado cercano. Terminó la temporada, hice un buen video y me recomendaron para Tailandia, y ahí comenzó mi carrera acá”, ahondó. “Es un país muy tranquilo. Al estar al lado de dos potencias como Tailandia y Vietnam no tiene muchos turistas, es como un pasaje entre país y país. Es verano todo el año” mencionó.

Sin embargo, el fútbol lo llevaría a, tal vez, un lugar mucho más desconocido: Islas Reunión. “Yo estaba jugando en Tailandia con un francés que es oriundo de Islas Reunión y me dijo que iba a ir a su país a retirarse, y me invitó a acompañarlo. Yo justo terminaba mi contrato y, como siempre, me la jugué. Estuvo siete u ocho meses. Es una isla en el medio de la nada con playas por todos lados; lo único malo es que se me dificultó el idioma porque hablan francés”, dijo Silva.

“De todos los países del sureste asiático, Tailandia es el que me gustó más. Es el más completo, tiene playas hermosas al sur, montañas en el norte y una megápolis como Bangkok. Ahora que me casé y tengo un hijo de un año, mi idea es instalarme acá”, expresó, y agregó sobre el idioma: “Es muy difícil el tema de las tonalidades, pero al ya tener familia, voy aprendiendo un poco más, aunque sea lo básico”.

Consultado sobre un regreso a Uruguay, indicó: “Fui dos o tres semanas en 2019, antes de irme a Islas Reunión porque tenía que hacer el visado. Trató de que algún familiar venga a visitarme, pero, por ahora, no está la idea de volver”.

En su publicación colocó una imagen de los países a los que podría ir a jugar, es decir, los que forman parte de la OFC: Samoa Americana, Islas Cook, Fiji, Kiribati, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Samoa, Islas Salomón, Tahití, Tonga, Tuvalu y Vanuatu.

“Que sea el que sea, aunque sea un partido solo. Si tengo que elegir, me gustaría más Nueva Zelanda porque en comparación con los otros es un poco más profesional y la vida es mejor porque no es solo una isla. Igualmente, no estoy en condiciones de elegir y el que sea, bienvenido sea”, finalizó.