Tabaré Rivero fue el invitado de la semana del programa Hacemos lo que podemos, emitido por 970 Universal

Al comienzo de la entrevista habló de sus treinta años de empleado en la Intendencia de Montevideo, y recordó -ya jubilado- el curioso modo en que entró en la administración municipal, donde casi se vio en necesidad de empuñar un arma

Antes de ser músico, estudió actuación en la escuela de arte dramático pero su pasión desde niño siempre fue la música,  y recordó cómo se dio cuenta de ello.

Por otra parte, reconoció que hace muchos años un psiquiatra le diagnosticó "fobia social". Un “trastorno de ansiedad social que se produce cuando se experimenta un miedo y una ansiedad intensa al hablar o actuar en público, pero no en otros tipos de situaciones sociales más generales" según la OMS.

Entrevista adelante, Rivero contó que se ha peleado con colegas y gente de los medios de comunicación, reconociendo que muchas veces estuvo equivocado y pidió disculpas, aunque no siempre se las aceptaron.

También se refirió a los tiempos de la dictadura y como la vivió. Dijo que por su aspecto “hippie” era arrestado "cada mes y medio", pero eso no hizo más que reafirmarlo en su rebeldía. “Cuanto más me detenían, más largo me dejaba el pelo. Siempre fui rebelde, no sabía ser de otra manera”, explicó.

En cuanto al presente del rock, no ocultó que le gustaría que reencontrara el espíritu combativo de la década de 1960. Sin embargo, entiende que está ocurriendo lo opuesto y el rock "está quedando como el jazz, como música de nicho".

También fue crítico con músicos que participan como jurados en realities pero sobre todo, fue duro con los canales de televisión abierta.

"Cuando hay un programa de televisión muy bobo lo sacan y ponen otro más bobo todavía" aseguró y agregó: "por suerte la gente está dejando de ver televisión".

Interrogó acerca del machismo en el mundo de la música, no rehuyó el tema y recordó que él mismo fue denunciado públicamente de forma anónima por una mujer en la cuenta de Instagram "Varones Rock",.

"Si en 30 años de rock lo único que hice de malo fue quererle dar un beso a una mujer a la fuerza -y que ella me sacó además, según cuenta- eso quiere decir que soy un santo" manifestó.

Consultado acerca de la veracidad de los hechos relatados en la denuncia, negó que fueran ciertos. Eso contado por ella no ocurrió. Capaz que pasó eso en otro momento con alguien que no se quejó, y que si ahora me dice `che aquel día se te fue la mano`  yo le digo `sí, perdoná`".

En el mismo sentido, el cantante admitió que renunció a proyectos artísticos luego de saber que algunas de las personas involucradas habían sido objeto de denuncias similares a las qué el mismo recibió. Sin embargo, aclaró que no hay un doble rasero en ello, ya que tomó sus decisiones en base a palabras de “personas muy amigas, muy conocidas, de mucha confianza”.