El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consiguió este martes la aprobación en el Senado de su ambicioso proyecto de ley presupuestaria, una pieza central de su agenda para el segundo mandato, que incluye exenciones fiscales, fondos para políticas migratorias y fuertes recortes sociales.

El resultado fue ajustado: a pesar de contar con 53 senadores republicanos, la votación terminó empatada 50-50, y debió intervenir el vicepresidente JD Vance para emitir el voto decisivo, tal como lo establece la Constitución. La norma ahora vuelve a la Cámara de Representantes, donde se anticipa un fuerte rechazo tanto de los demócratas como de republicanos moderados.

Trump ha llamado a esta ley su iniciativa “hermosa y grande”, y se fijó como objetivo promulgarla el 4 de julio, Día de la Independencia, en un gesto de alto simbolismo político.

Una ley con alto impacto económico y social

El texto prevé extender los créditos fiscales aprobados durante el primer mandato de Trump, eliminar el impuesto a las propinas e inyectar miles de millones de dólares adicionales al gasto en defensa y control fronterizo. A la vez, propone recortes al programa Medicaid, al plan de asistencia alimentaria SNAP y al financiamiento de energías renovables impulsado por el expresidente Joe Biden.

La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estima que, de aprobarse en su totalidad, el proyecto incrementará la deuda pública en más de 3 billones de dólares para 2034, un punto que genera inquietud incluso dentro del oficialismo.

Elon Musk, nueva figura opositora

Uno de los más férreos críticos del plan es el multimillonario Elon Musk, exasesor de Trump y actual CEO de Tesla y SpaceX. Musk acusó al presidente de abandonar el liderazgo de EE. UU. en energías limpias y amenazó con fundar una nueva fuerza política, el llamado “Partido América”, si el proyecto se convierte en ley.

Trump reaccionó con ironías y advertencias: “¿Deportar a Musk? No lo sé, lo miraré”, dijo ante la prensa. Aunque Musk tiene nacionalidad estadounidense, Trump sugirió que el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) podría revisar los subsidios federales otorgados a sus empresas. “DOGE podría volver y devorar a Elon”, declaró en tono desafiante.

Tensión en el Partido Republicano

La aprobación por un margen tan estrecho revela las fracturas internas en el Partido Republicano. Tres senadores oficialistas votaron en contra, alertando sobre el costo político de recortes que afectan directamente a sectores vulnerables del electorado.

La puja en la Cámara Baja será aún más compleja. La presión de grupos conservadores, la oposición demócrata y el entorno empresarial enfrentado a Trump anticipan una batalla legislativa que podría definir el futuro político y económico de EE. UU.

Con información de Agencias