Una mujer en estado de ebriedad llegó a la comisaría octava de la localidad de Aiguá para denunciar que la propietaria del lugar la había golpeado.

Desconforme con la respuesta de la policía, la denunciante incurrió en desacato a la autoridad y fue detenida.

Considerando la denuncia planteada por la mujer, los policías fueron hasta el bar para conversar con la propietaria y comenzar la investigación, pero al explicar la situación fueron insultados y agredidos por dos individuos que se encontraban en el comercio.

Los efectivos detuvieron a los agresores y fueron conducidos a la jueza subrogantes de paz quien decidió la liberación de todos “una vez recuperaran la lucidez”.