Sanguinetti: “Se condena a militares profesionales serios por hechos de hace 50 años”

El expresidente Julio María Sanguinetti publicó esta semana una nueva columna en la publicación partidaria Correo de los viernes.

En esta ocasión, el secretario general del Partido Colorado abordó la controversia generada por el procesamiento del teniente general retirado Juan Rebollo.

En la madrugada del 21 de abril de 1974, Rebollo y otros militares llevaron a cabo el hecho que fuera luego conocido como “masacre de Brazo Oriental” o de las “muchachas de abril”. En dicha acción, las jóvenes Laura Raggio, Diana Maidanik y Silvia Reyes fueron asesinadas con ráfagas de metralleta.

El procesamiento fue criticado por integrantes del partido Cabildo Abierto y también por el Centro Militar, entidad esta última conformada por militares en retiro. En ambos casos se defiende la versión oficial de la época y la legalidad del operativo, así como la legítima defensa de Rebollo, que resultó herido en la acción. También murió un agente de policía que se encontraba en la zona.

Estos cuestionamientos fueron a su vez rechazados por la Asociación de Magistrados, que los calificó como “infundados”.

Sin embargo, la investigación del procesamiento concluyó que las mujeres fueron acribilladas y que no hubo intercambio de disparos. Así las cosas, Rebollo habría sido alcanzado por “fuego amigo” y el policía habría sido abatido por los miliares, quienes lo habrían confundido con un sedicioso.

“Podría considerarse un homicidio en legítima defensa, pero —en todo caso— juzgado con el derecho vigente en esa época, por lo que se estaba ante un delito común. El fiscal reconoce ese hecho fundamental pero luego se contradice en sustancia porque aparte de ignorar hasta la prescripción del delito, reconoce que hubo un ‘fuerte tiroteo de varios minutos’ pero luego afirma que las tres jóvenes muertas fueron fusiladas... Todas presunciones, cuando un fiscal solo puede acusar si posee la certeza absoluta de los hechos. En el caso, hasta duda de si ‘hubo o resistencia o no’ al allanamiento pero igualmente acusa. Es muy grave, porque desde que hay leyes, in dubio pro reo, en la duda a favor del acusado”, escribió Sanguinetti en la mencionada publicación.

“El episodio nos importa particularmente, porque no estamos hablando de las figuras condenables de la dictadura, sino de un oficial de la democracia, como otros que sufren hoy parecidas amenazas. En efecto, al general Rebollo lo ascendimos nosotros, en 1985, y fue el primer general del gobierno democrático”, añadió.

“Se está condenando a militares profesionales serios por hechos de hace 50 años en que su deber les impuso actuar en dificilísimas circunstancias de tensión y enfrentamiento. Son militares que, lo afirmo en nombre de la experiencia personal, ayudaron a la reconstrucción democrática”, consideró el dos veces presidente.

“El Poder Judicial, al que todos particularmente respetamos, viene incurriendo en excesos de algunos jueces en diversos ámbitos. En estos temas, ha cambiado una y otra vez de opinión y adolece de episodios como los narrados. Específicamente, están actuando un solo fiscal y dos jueces. Nos duele, nos preocupa, nos genera pesar. Una sociedad uruguaya, que fue con justicia ampliamente generosa con los responsables de la violencia política de los años 60 y 70, no debe aceptar que, forzando leyes y tratados, se instale un clima de persecución que bien puede calificarse de revancha, venganza o, aun peor, de explotación demagógica”, subrayó.