El gobierno británico anunció este jueves una nueva estrategia nacional para enfrentar la misoginia y la violencia de género desde etapas tempranas de la educación. El plan, dotado con 20 millones de libras (22,8 millones de euros), contempla la formación obligatoria de docentes de secundaria para identificar y abordar conductas machistas dentro y fuera de las aulas, así como promover relaciones sanas, igualdad de género y prevención del abuso.
Se trata, según el Ejecutivo liderado por el laborista Keir Starmer, de la iniciativa más ambiciosa en la historia del país en este ámbito. Además de incluir a profesores y estudiantes, el plan involucrará a familias, fuerzas de seguridad y servicios sociales.
Prevenir antes que lamentar
La estrategia responde a una creciente preocupación por la normalización de actitudes misóginas entre adolescentes británicos, especialmente en entornos digitales. Según datos oficiales, el 40 % de las adolescentes con experiencia en relaciones sentimentales han sufrido alguna forma de abuso. Al mismo tiempo, un número considerable de adolescentes varones expresa admiración por figuras como Andrew Tate, conocido influencer que promueve discursos abiertamente machistas y ha sido acusado de incitar a la violencia contra las mujeres.
El programa educativo abordará temas como:
- Consentimiento y respeto en las relaciones
- Riesgos de compartir imágenes íntimas
- Diferencia entre pornografía y sexualidad real
- Identificación de relaciones abusivas
“Las ideas tóxicas están penetrando rápidamente sin que nadie las confronte”, alertó el primer ministro Starmer. “Tenemos que frenarlas desde el primer momento”.
Un enfoque integral: escuela, familia y sociedad
La secretaria de Educación, Bridget Phillipson, con experiencia laboral previa en refugios para mujeres, subrayó la urgencia de intervenir a tiempo para salvar vidas. La estrategia no solo apunta a la prevención en las escuelas, sino que implicará directamente a padres y tutores, ofreciendo herramientas para identificar y contrarrestar comportamientos sexistas en el entorno familiar.
Por otra parte, los jóvenes que incurran en conductas abusivas hacia mujeres —ya sean novias, hermanas, madres o cuidadoras— deberán someterse a programas de reeducación obligatorios, diseñados en colaboración con la policía y profesionales de servicios sociales.