Shauna Darcy, residente en la ciudad texana da Austin, adoptó a Ruby como perra de asistencia para ayudarla a lidiar con la ansiedad, la depresión y la agorafobia que padece. El animal no sólo cumplió con su rol de compañía, sino que le salvó la vida.


"Mientras estaba siendo entrenada, noté que comenzó a identificar cambios en mi ritmo cardíaco y estaba actuando de manera extraña para llamar mi atención, dándome una pata o subiéndose encima de mí", dijo la mujer a medios locales

Curiosa por el comportamiento de Ruby, la mujer decidió ir al médico. Al revisarla, los facultativos descubrieron que padece una rara enfermedad vascular: Síndrome de Ehlers-Danlos, tipo IV.

A partir de ese momento, Ruby comenzó a ayudarla a controlar su ritmo cardíaco y su presión arterial, tranquilizándola durante los ataques de pánico y alcanzándolo medicamentos cuando ella o puede hacerlo por sí misma. Ruby también puede transportar compras y recoger objetos caídos.

"Cuando me desmayo, se pone encima de mí y me lame las manos y la cara hasta que me despierto", relató la mujer.

La semana pasada Ruby volvió a mostrar un comportamiento extraño. Y a pesar de que en ese momento se sentía bien, Shauna decidido fiarse una vez más del instinto de su querida mascota, y llamó a una ambulancia. Más tarde supo que su corazón estaba en fibrilación auricular, es decir, con latidos cardíacos muy irregulares. Cuando llegaron los paramédicos estaba prácticamente inconsciente.

En el hospital, el perro se negó a apartarse de su dueña.

"No estaría vivo si no fuera por ella", aseguró la agradecida paciente.