El uso de técnicas violentas para apropiarse del dinero de los cajeros automáticos experimentó este año un incremento en Portugal, según consigna el periódico lisboeta Diário de Notícias.

En lo que va del año se registraron 142 ataques a terminales bancarias, siendo las explosiones con gas el modus operandi preferido por los delincuentes.

Esta situación hizo que los bancos implementaran medidas preventivas: alarmas de detección de gas o explosivos, fijación de las máquinas al suelo y entintado de los billetes para su seguimiento son algunos de los métodos utilizados, consigna Jornal de Noticias.

La Sociedad Interbancaria de Servicios (SIBS) confirmó que los bancos invirtieron últimamente en "mecanismos adicionales de prevención y seguridad de los equipamientos, para minimizar el impacto en la población en general".

Asimismo, la organización destacó que en el primer semestre del año la tasa de éxito de los ataques fue del 33,7%.