Ella y su marido lo planearon todo al detalle, pero por fortuna no lograron su objetivo.
Durante 9 meses la enfermera Rosa Vespa, de 51 años y residente de la ciudad de Castrolibero, Italia, fingió un embarazo en todas sus etapas. Luego, el 9 de enero, hizo el anuncio en redes sociales: “Después de tanta espera, ha llegado nuestro milagro. Ansel nació hoy a las 8 de la noche. ¡Mamá y papá te aman!" Su compañero, un senegalés de 43 años llamado Acqua Moses, habría sido cómplice en toda la situación.
Al momento de publicar el mensaje, la pareja no tenía ningún bebé, pero pronto conseguiría uno.
El pasado martes secuestraron a la pequeña Sofía, de apenas un día, en el interior de la clínica Sacro Cuore. La pareja —ella licenciada en Arquitectura, él era operador cultural– fue detenida in fraganti tres horas después del secuestro que había sido planeado en cada detalle.
Según informara el periódico Corriere della Sera, cuando la policía irrumpió en el domicilio Rosa Vespa tenía a la bebé en brazos y se la mostraba orgullosa a varios familiares que habían acudido a la fiesta que la pareja organizó para celebrar la llegada de la criatura. Interrogados, los allegados a la pareja dijeron estar informados del embarazo de la mujer, por lo que la noticia de que era un truco los sorprendió por completo.
Cuando el falso embarazo se acercaba a la fecha de termino, la pareja empezó a buscar el modo de secuestrar a un bebé. De acuerdo con el citado informe, Rosa Vespa y Aqua Moisés habrían vigilado durante días varias clínicas y hospitales y realizado seguimientos para conocer a las parturientas y saber cuándo darían a luz.
En los últimos días, las cámaras de vigilancia de algunos comercios ubicados cerca del hospital los captaron mientras compraban dulces para llevar a las parturientas, regalos que se utilizaron para disfrazar su entrada a la clínica haciéndolos parecer parientes de las gestantes. Entonces, la elección recayó en la pequeña Sofía, a quien Valeria Chiappetta, ama de casa de 24 años y madre de otro niño , había dado a luz el lunes.
La pareja llegó al hospital el martes. Aqua Moisés permaneció esperando en la recepción y Rosa subió al departamento de ginecología con el rostro parcialmente cubierto por una mascarilla. Una vez allí, se dirigió a la habitación donde estaba internada Valeria Chiappetta.
Sofía estaba en brazos de su abuela. Vespa, haciéndose pasar por enfermera, dijo que tenía que llevar a la niña al área de pediatría, una excusa que no hizo sospechar a la madre y a la abuela de la niña.
Luego Vespa y Moses se fueron en auto a su casa, donde estaba por comenzar la fiesta organizada por la mujer. Y, como la pareja había anunciado el nacimiento de un varón, tuvieron que cambiar el vestido rosa por el azul. Lo cual hizo antes de entrar a la casa para festejar la llegada del pequeño Ansel, que en realidad era Sofía.
El inspector Claudio Sole, encargado del caso, consideró poco probable que el resto de la familia estuviera al tanto del plan. “No queda claro si fue un error llevar a una niña, porque parece que en una pastelería habían pedido información sobre una tarta con un lazo rosa que luego no fue encargada. También hay que evaluar la facilidad con la que entraron y salieron de la clínica”, dijo el uniformado.
Interrogado por la policía, Moses intentó deslindarse de lo ocurrido y dijo haber sido víctima de un engaño de su esposa, algo que la evidencia desmiente. Por su parte, Vespa dijo que actuó impulsada por “un deseo infinito de tener un hijo”.