Contenido creado por Gerardo Carrasco
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Uruguayos en el exterior

Escurridizo “narco millennial”: revista de EE. UU. analiza el fenómeno Marset

Extenso articulo publicado en “VICE” reconstruye la trayectoria del elusivo narco y la posible existencia del “primer cartel uruguayo”.

27.09.2023 15:43

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2023-09-27T15:43:00-03:00
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Hasta hace un par de años, el de Sebastián Marset no era un nombre habitual en las páginas de la prensa uruguaya, aunque por entonces ya contaba con un prontuario delictivo.

Eso cambió en octubre de 2021, cuando el traficante uruguayo fue detenido en Emiratos Árabes por llevar un pasaporte paraguayo falso. En marzo de 2022 se libró de ser deportado a Paraguay —donde estaba requerido— gracias al arribo in extremis de un pasaporte uruguayo que gestionó desde la prisión emiratí y recibió en ese mismo lugar.

La veloz diligencia con la que se tramitó y remitió ese documento generó un escándalo que puso bajo la lupa a autoridades del Ministerio del Interior y de la Cancillería, y cuyas implicancias jurídicas y políticas están lejos de terminar.

La historia de Marset, a partir de ese momento, ya es de conocimiento público e incluye episodios que han dejado muy malparados a sus perseguidores en nuestro continente. Durante el último año y medio, Marset siempre estuvo un paso adelante y escapó de todos los lazos que le echaron las autoridades de Bolivia y Paraguay. Además, y con un descaro inaudito, envió sarcásticos mensajes de video a medios de prensa y juristas, opinó de política, atacó a José Mujica y hasta criticó la legalización de la marihuana en Uruguay.

Esta semana, la revista estadounidense VICE publicó un extenso y minucioso artículo firmado por el periodista e investigador Nathaniel Janowitz, texto en el que se repasa la trayectoria del narco uruguayo y las características que lo convierten en una suerte de rara avis en el mundo del hampa.

Uno de los entrevistados por Janowitz en su informe es el analista de seguridad paraguayo José María Amarilla, quien opinó que Marset es un “bróker” de las drogas, “alguien que conecta rutas, organiza modos de transporte, pero no interviene directamente en la producción ni en la venta final”.

Por esa razón, algunos investigadores creen que Marset podría ser el anónimo traficante que en los últimos años se ganó el nombre de “gerente de la hidrovía”, y que domina en las sombras el tráfico en la cunca fluvial que une al Mercosur.

¿El primer cártel uruguayo?

En su informe, el reportero norteamericano recuerda que existen versiones que señalan que Marset tiene un tatuaje con las siglas del primer cartel uruguayo (PCU). También se encontraron cientos de kilos de coca con pegatinas con esas letras en el año 2019.

Sobre ese asunto, Janowitz consultó en Uruguay a Nicolás Centurión, investigador y analista del crimen organizado uruguayo en el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE). Consultado al respecto, Centurión dijo tener dudas de que el PCU fuera real, tal como existen otros “cárteles” del crimen organizado en países como México, El Salvador y Brasil.

“No se puede decir que en Uruguay exista un cártel uruguayo, pero sí se puede decir que una de las personas más reconocidas últimamente, y que estuvo en todos los eslabones de la cadena productiva, digamos, de un cártel, por así decirlo, es un uruguayo”, matizó.

En ese punto de la nota, el estadounidense recuerda que la trama Marset “sigue envolviendo a políticos de alto rango y personas relacionadas con la oficina del presidente Luis Lacalle Pou”,  tema por el que también interrogó a Centurión.

“Hay muchas zonas grises en toda esta historia. Mintieron diciendo que no sabían quién era Marset, que era simplemente un uruguayo, un futbolista que estaba en Dubái con un tema de pasaporte y simplemente eso”, apuntó el analista.

Centurión agregó que la forma en que el escándalo Marset alcanzó a presidentes de Colombia, Paraguay y Uruguay, además de involucrar a países como Bolivia y Brasil, “genera sospechas sobre la seguridad de todos estos países. Obviamente sabemos que el narcotráfico tiene tentáculos de largo alcance, poder de fuego, poder económico, poder de amenazar. Entonces, agregar corrupción crea un cóctel muy peligroso”.

Joven generación

“[Marset] es un narco millennial y está muy consciente de lo que pasa con las redes sociales”, dijo Jessica Echeverría, expolítica boliviana y abogada penalista especializada en casos relacionados con el crimen organizado en Santa Cruz, Bolivia, lugar donde residiera Marset hasta hace algunas semanas. Allí lo localizó la policía boliviana y fue a buscarlo con un nutrido contingente. Sin embargo, Marset volvió a adelantarse a la movida de sus perseguidores y se esfumó a tiempo.

“Él sabe aprovechar hábilmente toda esta situación y comienza a enviar mensajes por video, tal como lo hizo en su momento”, expresa la legista, quien fue destinataria de uno de los mensajes de video del narco uruguayo.

Echeverría dijo que “sintió la piel de gallina” cuando recibió por primera vez el video, que también fue enviado a los medios locales. Rápidamente se dio cuenta de que se trataba de “acusaciones realmente fuertes” con “connotaciones políticas”, pero no supo si creerlas. Dijo que “en ningún momento podemos negar que ha recibido protección de algunos agentes policiales”, pero tras “analizar más a fondo la personalidad de Marset”, que la acusación “refleja molestia” hacia la unidad que intentó capturarlo.

Echeverría lamentó que incluso con policías de toda la región “operando internacionalmente en intercambio de comunicación, aún se desconoce su paradero”.

Nuevamente abundan los rumores, dijo, “de que está en Beni [departamento de Bolivia], se fue a Argentina, a Venezuela. Por eso es muy difícil saber dónde podría estar”, reconoce Echeverría.

“Es una persona que sabe engañar fácilmente. Lamentablemente, el hecho de que ninguno de los países nos dé respuestas sobre dónde se encuentra todavía, debe dejarnos muy preocupados”, concluyó.