"¿Queréis vivir como una lámpara encendida o apagada?", cuestionó Bergoglio a la mitad de su catequesis.

El pontífice dijo no "escuchar bien desde arriba" (en alusión a la ventana desde la que preside el Ángelus) y, por esa razón, decidió volver a preguntar al finalizar su alocución dominical obteniendo, así, la respuesta que buscaba.

La pregunta surgió a raíz de su sermón, en el que recordó a los fieles que "los discípulos de Jesús eran pescadores, personas humildes", por lo que aseguró que todos los cristianos están llamados a ser un Evangelio viviente en el mundo.

"Todos nosotros somos discípulos misioneros y estamos llamados a conformar un Evangelio viviente en el mundo. Con una vida santa daremos sabor a los diversos ambientes y les defenderemos de la corrupción (...) y llevaremos la luz de Cristo con un testimonio de caridad genuina", preconizó el pontífice.

Por el contrario, según afirmó el argentino, "si los cristianos pierden sabor y se apagan, su presencia pierde eficacia. Será una vida sin sentido".

También expresó su deseo de que los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi (Rusia) sean una "fiesta del deporte y de la amistad" y mostró su preocupación por todas las personas que sufren a causa de los desastres naturales.

"La naturaleza nos reta a ser solidarios y cuidadosos con la salvaguardia de la creación y a prevenir las consecuencias más graves", advirtió el papa argentino.

Además, el papa recordó que el próximo martes, 11 de febrero, se celebrará la Jornada Mundial del Enfermo, "una ocasión propicia -según Francisco- para meter a las personas enfermas en el centro de la comunidad" y para "rezar por y con ellos"

Según explicó Bergoglio, el mensaje para esta Jornada Mundial se basa en una expresión de San Juan, "También nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos"

"Recuerdo a todos los trabajadores hospitalarios... ¡Qué trabajo tan bello hacéis! Se encuentran día a día con los enfermos que no son solo cuerpos marcados por la fragilidad sino personas a quienes ofrecer atención y respuestas adecuadas.

"No temáis a la fragilidad", pidió, del mismo modo que el pasado 13 de marzo, cuando apareció por primera vez ante el mundo como papa Francisco pidiendo "no temer a la ternura".

También se dirigió a las familias, en las que, en ocasiones y según el pontífice, "cuidar de un enfermo puede ser un trabajo pesado".

Fuente. EFE