El oro superó al euro como segundo mayor activo de reserva mundial, según reveló este martes el Banco Central Europeo (BCE) en su informe anual sobre la importancia internacional del euro. El dólar estadounidense mantiene con holgura su posición dominante, pero el avance del metal precioso marca un cambio estructural en la configuración global de reservas, impulsado por tensiones geopolíticas y la búsqueda de activos fuera del control occidental.

La participación del oro en las reservas internacionales subió al 20 % al cierre de 2024, superando al euro, que cayó al 16 %. Esta reconfiguración se atribuye al aumento récord de las compras de oro por parte de bancos centrales, en especial de países no alineados con Occidente, como China, India y Turquía, que desde 2021 han acumulado unas 600 toneladas.

Un fenómeno global impulsado por la incertidumbre

El BCE destaca que los precios del oro alcanzaron máximos históricos en 2024, incluso por encima de los picos registrados durante la crisis del petróleo en 1979. En términos nominales, el oro se encareció un 30 % solo en 2024, reflejo de una demanda global sostenida, particularmente en el contexto de desdolarización progresiva de las reservas y diversificación estratégica de países sancionados o en conflicto con el bloque occidental.

La tendencia recuerda al patrón monetario previo a 1971, cuando el sistema Bretton Woods garantizaba la convertibilidad del dólar en oro. Aunque el contexto actual es diferente, el nivel de reservas de oro se encuentra en máximos no vistos desde entonces, aunque representa una cuota menor frente al total de oro disponible en el mercado.

Rusia, criptomonedas y el debilitamiento del euro

El informe también subraya que Rusia ha comenzado a usar criptomonedas —incluyendo Tether, bitcoin y ether— para liquidar exportaciones energéticas, como parte de su estrategia para evitar sanciones financieras internacionales. Este mecanismo, aunque aún marginal, se consolida como una vía alternativa para el comercio exterior ruso, especialmente con países como India y China, cuyas monedas presentan restricciones de convertibilidad.

Además, el BCE detecta una clara relación entre los alineamientos geopolíticos y los patrones de uso de monedas en el comercio internacional. En países aliados de Moscú como Kirguistán, Bielorrusia o Uzbekistán, las exportaciones facturadas en euros o dólares disminuyeron entre 10 y 50 puntos porcentuales en comparación con los niveles anteriores a la guerra en Ucrania.

Implicancias globales y para América Latina

El ascenso del oro como reserva de valor marca un giro hacia activos físicos no sujetos a sanciones, en un contexto donde la confianza en las monedas fiduciarias se ve erosionada por conflictos y rivalidades geoeconómicas. Para América Latina, esta tendencia representa tanto un escenario de riesgo como de oportunidad: mientras algunos países podrían ver presiones sobre sus reservas en euros, otros —como los que poseen importantes reservas auríferas (Perú, Venezuela, México, Brasil)— podrían ganar protagonismo estratégico.

En el plano institucional, el BCE advierte que, si bien no se han observado cambios drásticos en el uso del euro en transacciones internacionales, es crucial permanecer atentos a una evolución que podría debilitar aún más su papel global en un sistema cada vez más multipolar y fragmentado.

En un mundo de alianzas más difusas y comercio cada vez más desvinculado del dólar y el euro, el oro vuelve a brillar como refugio de valor y herramienta de soberanía financiera.