En un encendido discurso ante la nación, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, defendió con firmeza la continuidad del régimen de excepción impuesto desde marzo de 2022, con el argumento de que devolvió la seguridad al país. “Me tiene sin cuidado que me llamen dictador”, afirmó desde el Teatro Nacional, en una intervención marcada por críticas a la comunidad internacional, organizaciones de derechos humanos y medios de comunicación.
El régimen de excepción permitió, hasta la fecha, más de 86.000 detenciones de supuestos miembros de pandillas, suspendiendo derechos como la libertad de asociación y la privacidad de las comunicaciones. A pesar de las denuncias por detenciones arbitrarias, torturas y muertes bajo custodia, Bukele justificó la medida como un “mal necesario”.
“Prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles o recibir reportes de cuántos muertos llevamos al día”, expresó. También cargó contra quienes exigen la liberación de detenidos: “No los voy a liberar, ya ni nunca”.
Bukele también defendió la ley de agentes extranjeros —que impone un impuesto a las ONG por donaciones foráneas— como una herramienta para “proteger la cooperación internacional” y evitar la injerencia política. “Hay organizaciones que dicen que vienen a ayudar y realmente vienen a hacer política”, sostuvo.
Con información de Europa Press