En los últimos años, el departamento de Rocha ha experimentado un cambio notable: más personas deciden establecerse de forma permanente en los balnearios, generando un movimiento inmobiliario sostenido y dinámico. Este fenómeno refleja no solo el atractivo turístico, sino también la capacidad de los diferentes polos rochenses de ofrecer viviendas accesibles, entornos tranquilos y calidad de vida.

Según el censo 2023, la población de Rocha alcanzó los 68.088 habitantes, y en La Paloma ya son más de 6.000 los residentes permanentes. Ese cambio se percibe también en el comercio, con negocios que solían abrir solo en temporada y que hoy trabajan todo el año.

“El lugar en donde se nota más el auge de gente que se estabiliza es Barra de Chuy”, explica a Montevideo Portal Robert Caballero, director de Turismo de la Intendencia de Rocha. Según detalla, se trata de un fenómeno vinculado a la proximidad con la frontera y el costo de vida más accesible que ofrece la zona. “Mucha gente mayor, jubilados, maestros, policías y clase media en general encontró allí una solución: un lugar de playa, aire limpio y tranquilo, donde se puede vivir con una jubilación que en otros sitios no alcanza”, resume.

El crecimiento en la Barra de Chuy se refleja principalmente en la construcción de casas particulares, más que en complejos turísticos. También este dinamismo se ha notado en los cambios en el formato de los alquileres que tienden a contratos anuales en lugar de solo los de temporada.

Foto: cedida a Montevideo Portal

Foto: cedida a Montevideo Portal

La zona de La Paloma —que incluye Costa Azul, La Aguada, La Pedrera y alrededores— concentra hoy buena parte de la demanda, tanto para compra como para alquiler, consolidándose como un destino atractivo para quienes buscan vivir todo el año junto al mar.

“La Paloma tiene una infraestructura muy desarrollada: bancos, estaciones de servicio, supermercados abiertos todo el año, centros de salud y educación”, explican desde la Cámara Inmobiliaria del departamento. A eso se suma su cercanía con la ciudad de Rocha, lo que permite vivir en la costa y trabajar tierra adentro.

Punta del Diablo también se mantiene entre los balnearios con más crecimiento, impulsado por su belleza natural y la cercanía a la frontera. Allí el perfil más “nómade” y, según Caballero, es un balneario muy utilizado por turistas brasileños como escala antes de continuar viaje, lo que favorece el desarrollo de pequeños complejos de cabañas y alojamientos para estancias cortas. “No hay un boom de grandes emprendimientos, pero sí movimiento en proyectos chicos para pernoctar una o dos noches”, ejemplifica.

El escenario inmobiliario rochense también se vincula a la dinámica turística. Caballero destaca que ya se registran consultas y reservas tempranas para la próxima temporada, principalmente desde Argentina. La competitividad frente a Brasil sigue siendo un factor a tener en cuenta, pero Rocha apuesta a su diferencial natural y a la calidad de vida que ofrece para atraer tanto visitantes temporales como residentes permanentes.

El director de Turismo considera que el mercado inmobiliario en Rocha atraviesa una transformación positiva al haber menos dependencia de grandes capitales extranjeros, más presencia de familias uruguayas y un crecimiento sostenido de la población estable. Más que un destino de verano se posiciona cada vez más como un lugar elegido para vivir todo el año, combinando playa, naturaleza y tranquilidad.