“Estamos en el límite de lo mejor que nos pudo haber pasado en el partido. Fue un encuentro con idas y vueltas en todo sentido; en el juego, en el aspecto disciplinario, en el arbitraje y el desarrollo”, dijo Gerardo Pelusso luego del 2-0 de su equipo, Independiente Santa Fe, sobre Nacional en el Parque Central.

“No me fui satisfecho al descanso porque no supimos entender dónde estaba el partido, que pasaba por el aspecto disciplinario y la técnica en la marca. Si venimos a jugar al Parque Central y al local le expulsan un jugador a los tres minutos no es tan difícil darse cuenta que sería un arbitraje exigente. Nosotros nos cargamos de faltas y tarjetas, cuando lo que debíamos aplicar era una marcación técnica”, explicó.

“Tuvimos deficiencias de todo tipo en el sector izquierdo de la defensa y no pudimos hilvanar una jugada ofensiva. Tratamos de corregir algunas cosas y evidentemente las corregimos, porque de hacer nueve faltas en un sector de peligro en nuestra defensa, pasamos a tener dos faltas casi en la mitad de la cancha en el segundo tiempo. Mejoramos eso y el juego y los goles vinieron por consecuencia”, agregó.

“En el primer tiempo no sólo no estuvimos bien nosotros, sino que también Nacional jugó bien disimulando perfectamente el hombre menos que tenía y jugando rápido. Pese a que no tuvo jugadas claras, las dos situaciones de riesgo fueron cabezazos que solventó bien Castellanos”, analizó Pelusso.

Sobre la ventaja que se lleva para la revancha en Bogotá y la posibilidad de especular con el resultado, dijo que “Santa Fe no saldrá a esperar porque tiene su propio estilo”.

“Para mí fue como cuando me tocó venir dirigiendo a la selección de Paraguay para enfrentar a Uruguay en la última Eliminatoria. No puedo buscar el sentimentalismo porque si me pongo a pensar en lo que fue mi vida acá en el Parque Central, donde viví, me pongo a llorar. Hoy me debo a Santa Fe”, respondió cuando se le preguntó por lo especial que podía significar enfrentar a Nacional.