El gol olímpico más curioso que se haya visto en muchos años se anotó este domingo en la victoria del Dinamo Brest como local sobre Gomel 2-1 por la Copa de Bielorrusia.
El dueño de casa estaba en desventaja e inició su remontada con un tiro de esquina que quiso ser jugada preparada y terminó en la red sin que nadie tocara el balón. Lo extraño es que la pelota no se levantó del piso.
Pavel Sedko ejecutó desde la derecha del ataque, un defensor rival le erró al esférico en su afán por despejar y el arquero Kovalyov se vio sorprendido.