El clásico del pasado domingo en el Gran Parque Central duró 99 minutos y 8 segundos, sumando los 50 minutos y 8 segundos de la primera mitad y los 49 minutos exactos de la segunda. Sin embargo, la pelota estuvo en juego menos de la mitad de ese tiempo, según constató FútbolUy cronometrando cada una de las 110 interrupciones registradas en el 1-1 entre Nacional y Peñarol.

Sumando saques de banda y de arco, reposiciones posteriores a los goles, cambios, tiros libres y de esquina, posiciones adelantadas, proyectiles que cayeron desde la tribuna Atilio García, botes a tierra y muchos diálogos que tuvo el árbitro Esteban Ostojich con los protagonistas, el tiempo perdido fue de 50 minutos y 11 segundos en el Gran Parque Central.

El balón estuvo en juego apenas 48 minutos y 57 segundos, aunque el número está por encima del promedio del Campeonato Uruguayo 2024, que registró una media de 46’14’’ efectivos sobre un total de 98’14’’ brutos, según informó la Asociación Uruguaya de Fútbol. De hecho, el 0-0 clásico del Apertura 2024 en el Campeón del Siglo tuvo un neto de 36’57’’ sobre un total de 101 minutos.

En el 1-1 del pasado domingo, se jugó más en el primer tiempo que en el segundo. En la etapa inicial el efectivo fue de 26 minutos y 3 segundos sobre 50 y 8 totales, y en la complementaria 22 minutos y 54 segundos de 49 minutos.

Si bien la interrupción más prolongada se dio en la primera parte, cuando el partido estuvo detenido cinco minutos y seis segundos (entre los 38:19 y los 43:25) por el encendedor que impactó sobre Jaime Báez y la posterior petaca, fue apenas uno de los 48 cortes que tuvo el juego, contra los 62 de la segunda mitad.