El proyecto de presupuesto del Poder Ejecutivo que hoy está a estudio de la Cámara de Representantes plantea un escenario que no podemos ignorar: la asignación incremental para la Universidad de la República y la UTEC es reducida o prácticamente nula. ¿Qué significa esto? Significa condenar a miles de gurises del interior a la postergación, agrandando las brechas territoriales y de servicios que ya existen entre Montevideo y el resto del país. Significa negarles a nuestros jóvenes la posibilidad de competir en igualdad de condiciones.
Los números hablan solos: la UTEC recibe menos de un 5% de incremento presupuestal, sin un solo peso para investigación e innovación y reduciendo las becas de 1.800 a sólo 33 jóvenes. En el caso de la Udelar, la solicitud fue de 880 millones de pesos para expansión territorial y descentralización, pero la asignación es cero.
El mensaje del gobierno es claro: se corta el camino de la formación en el interior.
Presupuesto presentado frena la educación universitaria en el interior
La pregunta es de qué lado vamos a estar a la hora de discutir el proyecto de presupuesto, que es la hoja de ruta del gobierno para los próximos cinco años ¿Del lado de los jóvenes que sueñan con recibirse en su tierra para trabajar en su región? ¿Del lado de las familias que ven en la educación la única herramienta para romper el círculo de la pobreza? U optamos por no hacer nada, frenando la descentralización educativa por la falta de recursos.
Si el presupuesto no cambia, más de 55.000 gurises quedarán esperando a desarrollarse en su territorio. Esperando acceder a una formación para no hipotecar su futuro, haciendo fila para obtener las competencias necesarias para acceder al empleo o quedando por el camino por falta de carreras. El gobierno debe cumplir con su palabra y ser garante de la igualdad de oportunidades sin darle la espalda al interior del país.
No hay mayor injusticia que condenar a una generación por el solo hecho de vivir a kilómetros de la capital, y no hay mayor dolor que el de esas familias que, con esfuerzo y sacrificio, ven cómo se le cierra la puerta al futuro de sus hijos.
Un llamado a la responsabilidad política
Hay que decirlo fuerte y claro, no podemos permitirlo. El compromiso con la educación y con el interior no puede ser retórico: debe ser presupuestal. Revertir esta realidad hoy recae en la actuación del Parlamento, y desde nuestro lugar convocamos a todos a trabajar para la reasignación de los créditos necesarios, mirando con luces largas, para no postergar la educación universitaria.
Hoy la libertad de miles de jóvenes se juega en este presupuesto. El futuro comienza ahora, colocando al interior en el centro del desarrollo nacional, el país que no puede vivir recostado a la capital.
Los jóvenes del interior no tienen otra cosa que no sea la educación para poder igualar la cancha. Hoy esa cancha está inclinada, y depende de nosotros impedir que se incline aún más, actuando con decisión política y con un presupuesto justo.