La asociación estratégica entre Nvidia y MediaTek para desarrollar una nueva unidad de procesamiento acelerado (APU) basada en arquitectura ARM representa un cambio de paradigma en el sector de los videojuegos portátiles. Este movimiento, que se materializará inicialmente con dispositivos Alienware —la marca 'gaming' de Dell— a fines de 2025 o comienzos de 2026, desafía el dominio tradicional de la arquitectura x86 (Intel/AMD) en el segmento.
La APU combinará una CPU ARM con una GPU Blackwell, la misma arquitectura que impulsa la nueva generación de tarjetas GeForce RTX 50, y promete ofrecer un rendimiento similar al de una RTX 4070 con la mitad del consumo energético. Esta eficiencia es clave para reducir peso, mejorar la disipación térmica y extender la autonomía, factores críticos en portátiles para juegos.
Sin embargo, el proyecto enfrenta el desafío de compatibilidad: la mayoría del software, incluidos muchos videojuegos, sigue optimizado para x86. Tal como ocurre con los procesadores Snapdragon X Elite, que requieren emulación para ejecutar títulos tradicionales, Nvidia y MediaTek deberán superar esta barrera para asegurar una experiencia fluida y sin compromisos.
Este desarrollo se enmarca en una tendencia más amplia: la diversificación de la arquitectura ARM más allá del entorno móvil. Apple ha demostrado con su línea M (basada en ARM) que es posible alcanzar niveles de eficiencia y potencia sorprendentes, y ahora Nvidia busca replicar ese modelo en el ámbito 'gaming' portátil.