Francia podría convertirse en el primer país europeo en imponer una prohibición total del uso de redes sociales a menores de 15 años, según un proyecto de ley presentado este martes por legisladores del partido Renacimiento, que lidera el presidente Emmanuel Macron. La iniciativa, de fuerte contenido pedagógico y sanitario, también propone un "toque de queda digital" para adolescentes entre 15 y 18 años y busca introducir en la legislación el concepto de "negligencia digital" parental.

La propuesta surge tras una investigación parlamentaria centrada en los efectos de TikTok sobre la salud mental juvenil, cuyo informe fue presentado en septiembre pasado y consultó a más de 150 expertos, psicólogos y representantes del sector digital. La diputada Laure Miller, autora del informe y ponente del proyecto, señaló que la edad mínima de 15 años se basa en un consenso científico respecto a la vulnerabilidad neuropsicológica de los menores frente al contenido en línea.

Restricción nocturna y advertencias como en el tabaco

Uno de los puntos más discutidos del texto es el toque de queda digital, que prohibiría el acceso a redes sociales entre las 22:00 y las 8:00 horas para los jóvenes de entre 15 y 18 años. El argumento esgrimido es claro: la exposición a contenido digital durante la noche interfiere en el sueño, altera los ciclos circadianos y puede agravar síntomas de ansiedad y depresión, según múltiples estudios citados por la comisión parlamentaria.

El proyecto de ley también incluye otras medidas de alcance educativo y simbólico:

El dilema entre protección y autonomía

Aunque las plataformas de mensajería como WhatsApp o Telegram quedarían, por ahora, fuera del marco regulatorio por su uso habitual en actividades escolares y sociales, la diputada Miller no descarta su inclusión futura, dependiendo de cómo evolucionen los debates parlamentarios.

El texto será examinado a partir de enero de 2026, en un contexto europeo donde crece la preocupación por los efectos de la tecnología en menores, pero donde también se abre una delicada discusión sobre el equilibrio entre protección infantil, libertad digital y responsabilidad familiar.

Con información de  EFe