La inteligencia artificial se convirtió en una herramienta casi universal para los desarrolladores de software, según el informe anual DORA 2025 de Google. El estudio, que recoge la opinión de cerca de 5.000 profesionales a nivel global, señala que un 90% de los desarrolladores ya usan IA y que más del 80% perciben un aumento en su productividad.

En comparación con el año pasado, el uso de IA en la programación creció un 14%, y un 65% de los profesionales la integran de manera intensiva en sus flujos de trabajo principales, dedicándole una mediana de dos horas diarias.

Impacto positivo en productividad y calidad

La IA también se emplea para análisis de datos (61%) y corrección de errores (56%).

La paradoja de la confianza

A pesar de su amplia adopción, persiste lo que Google denomina una “paradoja de confianza”. Solo un 24% de los encuestados dice confiar mucho o muchísimo en la IA, mientras que un 30% admite confiar poco o nada. Esto refleja que, aunque se reconoce a la IA como un apoyo valioso, no se la considera aún un sustituto del criterio humano.

Repercusiones en las organizaciones

El uso de IA también está impactando a nivel organizacional: los equipos están entregando software con mayor rapidez y volumen que en años previos. Sin embargo, Google advierte que la IA actúa como “espejo y multiplicador”: puede potenciar a los equipos cohesionados, pero también amplificar las debilidades de aquellos que funcionan de manera fragmentada.

Para maximizar sus beneficios, la compañía recomienda adoptar el Modelo DORA de capacidades de IA, que incluye siete competencias esenciales para integrar de manera efectiva esta tecnología en procesos, cultura y sistemas.

Con información de Europa Press