Ocho años atrás, Ike Parodi llegó a Punta del Este a hacer temporada por primera vez. Un amigo abría un bar en la Juanita y necesitaba que alguien lo ayude. El bar era Ferona Club Social, Ike Parodi volvería a los escenarios del Este.

Sea Medio Y Medio o en Pionero, en producciones propias o contrataciones privadas. Con Zorrito Van Quintiero & los Gustocks, solo, con amigos o con su proyecto solista junto a Los Picantes. Parodi no ha parado de tocar temporada tras temporada.  

Para él, lo que ocurre en la costa esteña del país es algo que no existe en Argentina. Hay una demanda por la música en vivo, no importa si es rock. Afirma que la falta de este fenómeno en su país es a causa de una cuestión cultural y económica. Y cuando vienen amigos que, según él, quedan alucinados, queda claro.  

De la música uruguaya destaca el soul, las raíces afro que la música argentina no tiene. Escucha “Blumana” de Rubén Rada desde muy chico, y con el tiempo fue adentrándose más y más en el repertorio musical nacional a través de amigos, como Dinamita Pereda.  

Ahora tocás con Zorrito Von Quintiero & Los Gustocks, ¿cómo es esa experiencia?  

Está muy bueno. En el show con los Gustocks hay mucha adrenalina en la manera que llegamos al show. Las canciones se aprenden y se tocan sobre el pucho, un día antes o incluso el mismo día. Es una banda de covers, pero tiene algo especial, algo distinta a las demás bandas de cover. Hay mucha emoción, la pasamos muy bien.  

Tuviste otras dos bandas, además. ¿Cómo vivís cada proyecto musical?  

Lo vivo con naturalidad y con ganas. Ahora en este momento estoy sobre todo con los Gustocks y mi proyecto solista con Los Picantes. Son dos cosas bien separadas y no me cuesta ponerme la camiseta de una u otra según cuando toque. Lo disfruto porque son cosas muy distintas. Con los Gustocks estamos tocando covers, casi que no toco un instrumento, no tengo la guitarra colgada. Me suelto a cantar y transmitirlo de la mejor manera posible, para que le llegue al otro y le pegue.

Cuando toco con mi proyecto hay una emoción distinta, estoy tocando casi todo el tiempo con una guitarra colgada. No soy un muy buen guitarrista, no soy un instrumentista excelso, así que siempre es un desafío presentar mi canción y tocarla. Tengo una banda alucinante, son increíbles músicos y me siento con confianza cuando subo al escenario. Sé que va a sonar bien, más allá de las macanas que yo pueda hacer.  

¿Se disfrutan ambas o el hecho de estar un poco más descontracturado hace que lo disfrutes más? 

Disfruto la dos. Creo que es un desafío más complejo cuando toco mi música y es un poco más descontracturado cuando toco con el Zorrito y los Gustocks. Es más fácil, voy a tocar un cover que el espectador que está del otro lado ya tiene la canción en la cabeza. Tengo un 50% del partido ganado porque ya está en el inconsciente de la persona, es solo interpretarlo bien, con ganas y onda y va a tener éxito. En el caso de mi proyecto, va a haber muchas personas que no conozcan la canción. Tiene que sonar perfecta, la tengo que interpretar desde el corazón para que la persona que está escuchando llegue a sentir lo que estoy sintiendo. Es una responsabilidad más grande. Siempre tengo público que me está viendo por primera vez, que no conoce y yo le tengo que vender ese paquete. 

La última presentación de Ricardo Iorio fue en Rosario diez días antes de que falleciera. ¿Cómo te afectó su muerte? 

Me dio mucha pena. Lo conocí a Iorio, creo que lo empecé a entender un poco más tarde, desde que lo empecé a escuchar. Me dio mucha pena porque era una pata del rock nacional muy fuerte y que cada vez que se va uno ahora lo siento muy fuerte. Vamos quedando medio solos.  

¿Qué pensás acerca del rock en la actualidad? ¿Hay una continuidad?  

Hay una continuidad. Hay muchas bandas pop en este momento que la están rompiendo, pero puedo entender que son bandas que vienen a partir de otras como Virus, Los Abuelos de la Nada, Soda Stereo. Desde hace diez años que empezaron a surgir bandas como Babasónicos, y me doy cuenta de que son la continuidad de esos artistas pop de los 70' y 80' de Argentina. Recién ahora, en estos últimos cuatro o cinco años, surgieron muchas bandas de rock.

La verdad que me pone muy contento, entre el 2010 y 2020 había desaparecido un poco todo. Las bandas nuevas más que nada. Ahora hay un resurgimiento que me da alegría y esperanza.  

Hay gente que afirma que el trap es el nuevo rock, ¿qué opinas?  

Será por el espíritu de unión de los jóvenes, en algunos casos de rebeldía, de tener una onda propia que los identifique en esta época. Con todo esto yo te digo, “sí, bueno es como el rock, como el rock cuando nació”. Es una manera de decir nuevo rock. Es trap, punto. Es un estilo más moderno, más maquinoso, aunque por ahí cuando lo hacen en vivo lo hacen con banda. Creo que hay que disfrutar de la música y si los jóvenes la disfrutan y les hace expandir un poco sus ideas, está perfecto.  

Se ha afirmado que el rock está muerto, ¿a nivel mundial el rock sigue vigente? 

Yo encuentro todo el tiempo cosas lindas para escuchar, más nuevas, más modernas, que son de rock. La mayoría de las personas se quedan en el mainstream, lo que te ponen para que escuches y después estamos los que buscamos un poco más. Yo antes iba a la disquería a comprar CD´s y estaba dos horas y media buscando y escuchando, algo me llevaba.

Ahora hay gente que no investiga, si te gusta un estilo de música, buscás, investigás y vas a encontrar cosas nuevas. Yo encuentro, así que estoy tranquilo. No me importa si llenan River o no, me importa encontrar cosas que me gusten y que me nutran, nada más.