El Río Grande/Río Bravo (América), el Danubio (Europa), el Murray-Darling (Oceanía) y el Yangtze, el Mekong, el Salween, y el Indo, todos ellos en Asia, completan la lista incluida en el informe, titulado "Los diez ríos más amenazados".

No obstante, "el problema del agua dulce va más allá de esos diez ríos, que reflejan cómo el incesante desarrollo pone en peligro la capacidad de la naturaleza para afrontar nuestras crecientes demandas", explicó el director del Programa de Agua Dulce de WWF, Jamie Pittock.

La sobreexplotación de los recursos hídricos, la construcción de presas y canales, el cambio climático, la contaminación y la introducción de especies exóticas amenazan el futuro de los ríos del planeta.

Los expertos apuntan la escasez de agua dulce como uno de los principales retos que deberá afrontar la humanidad ya que puede "limitar el desarrollo, deteriorar la salud y provocar migraciones", explicó Pittock a Efe.

"Se desperdicia entre el 50 y el 80 por ciento del agua que se extrae de los ríos", apuntó, y por eso el informe alerta que ese uso ineficaz podría "dejar completamente secos el Río Grande y el Indo hacia el 2025".

Según el informe, el Río de La Plata, el segundo río más largo de Sudamérica, sufre los efectos de la presa construida en uno de sus afluentes, el río Paraná (Paraguay) y que es considerada la más grande del mundo. c

Además existen planes de construir hasta 27 presas a lo largo de su recorrido, de las que 6 ya están en construcción, precisa.

El río Grande, el segundo más largo de EEUU y que forma la frontera entre ese país y México a lo largo de dos tercios de su recorrido, es el principal recurso hídrico para las poblaciones aledañas, según el informe.

Sobre el Indo, señala que es un río "extremadamente sensible al cambio climático debido a la alta porción de su caudal que proviene de los glaciares", al tiempo que advierte de que ya tiene problemas de escasez de agua debido al exceso de actividades agrícolas de tipo extractiva.

Otro río altamente vulnerable al cambio climático es el Nilo, muy sensible a las subidas de temperatura por la enorme evaporación que sufre durante su travesía por Sudán y el sur de Egipto.

Por otra parte, ante la creciente demanda de agua, los Gobiernos chino y birmano prevén construir presas en los principales afluentes del Ganges así como en el Salween, algunas de ellas en reservas naturales y áreas montañosas donde son habituales los terremotos y los deslizamientos de tierra, denuncia el informe del WWF.

La construcción masiva de presas y canales, advierte la organización, resta fuerza al caudal natural de los ríos e impide que los sedimentos lleguen a la desembocadura, lo que favorece la salinización de esa área y con ello la muerte o migración de especies autóctonas.

En cuanto al Danubio, el estudio de la organización ecologista afirma que la Unión Europea aspira a convertirlo en una vía alternativa al ferrocarril entre el mar del Norte y el mar Muerto, a pesar de que las modificaciones que se necesitarían en su lecho afectarían el hábitat natural de decenas de especies.

El WWF alerta también sobre la sobreexplotación pesquera que sufren ríos como el Mekong, el más largo y productivo del sudeste asiático pero cuya población de peces ya ha empezado a disminuir.

Uno de los ríos más amenazados por la introducción de especies exóticas es el Murray-Darling.

La organización considera necesaria la cooperación internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, favorecer el uso responsable del agua, restaurar los hábitats para conservar los ríos y lograr una mayor concienciación porque "o cambiamos nuestra mentalidad o pagamos el precio en un futuro no tan lejano".

Información difundida por EFE