Vinculado a los canes casi desde su nacimiento, Andrés Peirano abandonó una promisoria carrera en la Fuerza Aérea luego de que sus experiencias en Congo le llevaran a volcarse por completo a su vocación por los perros.

Tal como lo relatara en diálogo con Montevideo Portal, el contacto con la violencia y la indefensión de los más débiles le llevó a concebir un proyecto único: entrenar perros callejeros como sistema de alerta temprana y protección de mujeres y niños. Estos animales podrían prestar un valioso servicio en lugares -como el mencionado país africano- donde la población civil está a menudo indefensa ante el accionar de grupos armados.

En la actualidad, Peirano ejerce como entrenador y da cursos de capacitación en la materia. También realiza tareas de apoyo emocional mediante perros entrenados, dirigidos a confortar a personas que han pasado por experiencias traumáticas, como el caso de quienes se ven afectados por inundaciones, algo tristemente frecuente en nuestro país.

En su nuevo artículo, Peirano comparte sus consejos acercas del mejor modo de evitar un golpe de calor, un problema que si bien también afecta a humanos, en los perros es mucho más grave.

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Los perros de razas que han evolucionado en el norte de Europa, Asia y América, y aquellos que cuentan con doble capa de pelo, están bien equipados para resistir las gélidas temperaturas de las regiones situadas cerca de los polos. Sin embargo, estos mismos animales soportan mal el calor.

El perro no pierde calor por el sudor, ya que carece de glándulas sudoríparas. Todo lo que puede hacer al respecto es jadear. El golpe de calor es una de las causas evitables de muerte más frecuente en perros. Debemos recordar que en un lugar cálido y sin ventilación la temperatura corporal del animal alcanza rápidamente los 43.3º C. Si se lo deja en esa situación, literalmente "se cuece" hasta morir. Un auto estacionado al sol puede llegar a ser una trampa mortal para un perro.

En estas épocas del año es de vital importancia para la supervivencia de nuestro amigo peludo que sepamos identificar a tiempo un golpe de calor. A continuación describiremos cómo identificar este problema y las acciones a tomar:

1. El primer síntoma del golpe de calor es un jadeo rápido e intenso, a menudo acompañado de salivación. En pocos minutos el perro se debilita y colapsa, todavía jadeando.

2. Hay que retirar al perro del ambiente caluroso tan pronto como sea posible. Debemos limpiarle la saliva de la boca para facilitarle la respiración y pasarle una esponja con agua fría por la cara, axilas y genitales. Mientras tanto, hay que llamar al veterinario.

3. Si es posible, se sumerge el cuerpo del animal en agua fría. Como alternativa podemos envolverlo con una toalla empapada en agua fría, que continuaremos mojando para evitar que se caliente. Hay que permitirle que beba todo lo que quiera.

En estas calurosas fechas podemos prevenir este problema manteniendo a nuestro perro en espacios ventilados o refrigerados, con acceso a una buena fuente de agua que también podemos refrigerar con hielo.

En caso de que dudemos sobre la peligrosidad del ambiente, podemos mojar regularmente a nuestro perro para asegurarnos de que su temperatura no aumentará.